domingo, marzo 25, 2007

37. Sigo aquí


El 37 ha tardado en llegar, reconozco que a partes iguales se ha repartido la culpa entre la acumulación de tareas (últimos exámenes, evaluaciones) y la desgana. El poco rato que tenía no me apetecía pasármelo pensando en escribir aquí. Pero bueno, disculpas por el abandono, recupero un poco el tiempo y trato de ponerme al día.

Hagamos un resumen. ¿Qué ha pasado en todo este tiempo?

  • Los mismos exámenes flojos, las mismas recuperaciones, los mismos aprobados raspados en 4º, los mismos resultados mejorables de mi tutoría y mi correspondiente amenaza de pasarme un 3er trimestre encima de ellos, castigándoles a séptimas horas cuando no tengan deberes hechos y con comunicación directa con los otros profes para asegurarme de que no flaquean, el mismo coñazo con los pequeños, tocando el djembe como añadido y un mayor número de suspensos que en la primera evaluación con la correspondiente logiquísima reacción de estos prepúberes:

¿Prometer que van a estudiar más? NO
¿Reconocer que no han trabajado bien y que se corregirán? NO
¿Interesarse por cómo será la recuperación? NO

Reacción (os recuerdo que estamos en la ESO y que la nueva hornada promete):

Profe, apruébame; profe, apruébame; profe, apruébame; profe, apruébame; profe, apruébame; profe, apruébame; así hasta el infinito, con una pequeña variante en ocasiones: me agarran del brazo por si así me entra más compasión. Claro que también me cogen la mano para presentarme a una hermana de una de ellas que está en 1º bachillerato, me suben las escaleras hasta el piso de los mayores y todo para qué. Para ver si encuentran a sus ídolos masculinos de este curso.

  • Las evaluaciones, insoportables como siempre, no hay mucho más que contar, esto es siempre lo mismo.
  • El viernes se pararon las clases a las 12. Una chocolatada y a las 12:30 un acto para dar menciones (que mejor no recuerdo porque para dos o tres que ponen, o bien las obvian o bien no hacen caso al texto que propuse), una obrita teatral y un baile. Volviendo a las pequeñas monstruitas, las veo que están a punto de elongar hasta la quiebra sus músculos del cuello para ver a los mayores y les digo: Si queréis os siento en las rodillas de ellos. Responden, todo convencidas: Síiiiiiiiiiiiiiiiii.
  • He vuelto a jugar al fútbol (en mis horas libres o de guardia). Pero tranquilos, lo de la fisura es parte del olvido, tengo cuidado y... ¡¡Sólo juego con las niñas!! :p (y de portero casi siempre).

Y para el final, la noticia...

  • A la vuelta de Semana Santa me voy con los de 4º de viaje de fin de curso. 25 alumnos para dos profesores. 25 chicos por Cataluña, de los cuales conozco sólo a tres. Ningún tutor o profesor de sus cursos quería hacerse cargo, aunque ahora, al enterarse de que voy, no hagan más que repetir que “con ese grupo (el mayoritario que va es el C) iría con ellos sin dudarlo, son majísimos”. Yaaaaaa. Profesores (si queda alguno) que me leéis, por favor, visiones apocalípticas inspiradas por vuestra experiencia, abstenerla, que ya tengo suficientes cenizos y agoreros en mi instituto. Necesito ánimos y consejos constructivos, jeje.