Me olía algo cuando mis alumnos insistían tanto en la fiesta de despedida durante las dos horas de clase, pero no sospechaba el recibimiento ni los innumerables detalles de mis chicos, los cánticos al entrar, los libros que me han regalado, la camiseta con una foto que nos hicimos dedicada, la cartulina con más dedicatorias...
Leer que "no hace falta dar clases contigo para saber lo buen profesor que eres, basta con ver el cariño que te tienen tus alumnos", "no voy a encontrar otro profesor como tú", "en un año contigo he aprendido en más que todos los que he estado sin ti", por ejemplo, te pone los pelos de punta.
Yo por mi parte también les escribí una pequeña tarjetita. Por la izquierda con un texto común a todos dándoles las gracias por todo y por la derecha individualizando en una especie de descripción o semblanza, cómo les veía yo a ellos. La llorera fue bastante generalizada para mi espanto (lo último que uno desea es hacer llorar a nadie).
La comunión con mi tutoría ha sido muy grande, han congeniado conmigo como yo con ellos. No soy mucho de expresar los sentimientos, pero el cóctel de emociones va por dentro: alegría por haberlos conocido, penilla por el final de curso y sobre todo tristeza por irme de un sitio donde me guardan tanto cariño.
Por suerte, las evaluaciones han sido bastante positivas. Han titulado once en junio de veintitrés. Uno ha abandonado y se ha puesto a trabajar y otros dos repetirán, pero el resto en septiembre seguro que lo consiguen también.
PD: el cifras y letras bien, pero mejorable para próximas ediciones, como por ejemplo no hacer eliminaciones, porque si no se arma demasiada bulla. La jornada cultural, a pesar de que faltaron en alto número, fue un éxito porque los que participaron se lo pasaron genial.
Leer que "no hace falta dar clases contigo para saber lo buen profesor que eres, basta con ver el cariño que te tienen tus alumnos", "no voy a encontrar otro profesor como tú", "en un año contigo he aprendido en más que todos los que he estado sin ti", por ejemplo, te pone los pelos de punta.
Yo por mi parte también les escribí una pequeña tarjetita. Por la izquierda con un texto común a todos dándoles las gracias por todo y por la derecha individualizando en una especie de descripción o semblanza, cómo les veía yo a ellos. La llorera fue bastante generalizada para mi espanto (lo último que uno desea es hacer llorar a nadie).
La comunión con mi tutoría ha sido muy grande, han congeniado conmigo como yo con ellos. No soy mucho de expresar los sentimientos, pero el cóctel de emociones va por dentro: alegría por haberlos conocido, penilla por el final de curso y sobre todo tristeza por irme de un sitio donde me guardan tanto cariño.
Por suerte, las evaluaciones han sido bastante positivas. Han titulado once en junio de veintitrés. Uno ha abandonado y se ha puesto a trabajar y otros dos repetirán, pero el resto en septiembre seguro que lo consiguen también.
PD: el cifras y letras bien, pero mejorable para próximas ediciones, como por ejemplo no hacer eliminaciones, porque si no se arma demasiada bulla. La jornada cultural, a pesar de que faltaron en alto número, fue un éxito porque los que participaron se lo pasaron genial.
4 comentarios:
Felicidades por el reconocimiento, merecido, de tus alumnos, por cosas así trabajamos en esto
Por esos momentos tan emocionantes merece la pena dedicarse a la enseñanza, olvidando esos pequeños contratiempos que hayan surgido.. Enhorabuena por ser un buen profesor, Juli. Te admiro.
Un abrazo, Inma.
Enhorabuena por esa despedida tan gratificante. Es la recompensa por el trabajo bien hecho. Ya con esto sí que te vas de vacaciones con alegría. Un beso.
Bueno, bueno, no hay nada como que te quieran tanto tus alumnos. Por algo será.
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