martes, septiembre 04, 2012

Dialéctica esquizofrénica para empezar


Fin de la tranquilidad. Se acabaron las vacaciones, julio y agosto vuelan. Vuelta al tajo, a los madrugones, a las prisas, a las exigencias, vuelta a empezar. Tampoco es para tanto, y menos después de tres meses de tocaros las narices, ya está bien de tantos privilegios, hay trabajadores que llevamos más de un mes currando y no lloramos tanto. 

Después de los exámenes de septiembre, a empezar un nuevo curso, cada vez antes, cada vez en peores condiciones. No hay nada resuelto, salvo las mismas incertidumbres: menos profesores, más interinos (y gente con plaza) sin trabajo, más horas de clase, menos sueldo, más alumnos por clase... En mis tiempos éramos 40 en clase y no pasaba nada, mira dónde estoy. Además los interinos son gente que no se ha sacado una oposición y sobra. Y seguís trabajando menos que la mayoría de la gente, vergüenza debería daros, que tenéis trabajo para toda la vida.

En vez de aguardar con ilusión el nuevo curso, las circunstancias conspiran para que un trabajo necesario y fundamental sea una carga, una tristeza. El sino de la escuela pública cada vez se ve con más pesimismo, como ocurre en casi todos los órdenes de la sociedad. Estamos gobernados por personajes que desprecian la democracia (solo hay que ver a Esperanza Aguirre cargando contra los periodistas de su cuerda porque les había dicho que no acudieran al incendio, si eso no es propio de una dictadura, que me digan lo que es) y que incurren casi a diario en incompetencias y corrupciones, pero no pasa nada, se ve como normal que nadie dimita ni se le exijan responsabilidades. Vemos que se aprovechan las circunstancias para aplicar medidas neoliberales que llevan toda la vida tratando de promover y seguimos pasivos, cruzados de brazos. Estos rojos, siempre metiendo cizaña, en estos tiempos tan duros que necesitan de que todos arrimemos el hombro y que comprendamos las duras y necesarias medidas que el gobierno anterior ha obligado a imponer. Qué poco patriotas estos maestrillos a los que les han tocado sus derechos y por eso están rabiosos. Más horas deberían trabajar, que lo suyo no es nada, no como el obrero que levanta un edificio o el agricultor que trabaja de sol a sol las tierras, y a Esperanza Aguirre no la toques, que es de las pocas en política que dicen las cosas como son.

Observamos con estupor cómo el peor ministro de la historia (la última suya ha sido la de decir esto: "técnicamente nadie puede decir si un cuaderno lo va a usar un niño de sexto de Primaria o un arquitecto"; técnicamente, no se puede decir si este tío es tonto o se lo hace) defiende las subvenciones a colegios que segregan porque se pasan por el forro las sentencias desfavorables. O que se instaurarán clases sociales en los coles: los que tengan para pagarse el comedor y los que sólo puedan pagar la "tasa tupper" (por cierto, desde aquí le aconsejo a Aguirre que los profesores no solo cuidemos el comedor, sino que le hagamos la comida a los niños, y así aprovecharíamos más; ¡ah!, otro motivo de dimisión de la incompetente de la Figar podría ser el de no conocer las condiciones laborales de las empresas que contratan).  ¿Y los socialistas, qué? De ellos no os quejáis. Mirad cómo no decís nada de Andalucía y los ERE, la de millones que han robado, lo que pasa es que eso no os interesa decirlo, siempre arrimáis el ascua a donde os interesa.

Y Sandra Moneo, diputada y secretaria de Educación del Partido Popular, se permite el lujo de escribir en El País que hay que evolucionar en el sector educativo para mejorar su calidad. ¿Cómo?: 
"refuerzo de materias instrumentales, evaluación del sistema, flexibilidad del mismo, impulso de la Formación Profesional. Sin olvidar el elemento fundamental para la mejora de cualquier sistema educativo: el profesorado" (¿qué profesorado, el que están echando con tanto recorte?). 
Venden la moto, por ejemplo, con lo de que hay que evaluar externamente para ayudar a los alumnos con más dificultades, pero seguro que estos alumnos no acaban en los centros concertados de su cuerda, a pesar de las subvenciones recibidas. Hablan de que haya más posibilidades para los alumnos, pero quieren eliminar la vía del PCPI. Y me río del párrafo que defiende a los profesores. Desde luego, esa defensa de alguien que pertece al partido que nos ha empeorado las condiciones a una velocidad de vértigo, es cuanto menos paradójica. Hace falta mano dura, la LOGSE permite que los alumnos pasen de curso sin aprobar, no exige a los alumnos, que cada vez están peor preparados y por eso el fracaso escolar es tan elevado. Lo que pasa es que con las evaluaciones se verá que muchos profesores no hacen nada y no quieren que salga a la luz los pobres resultados. Se os va a acabar el chollo.

En fin, que las cosas van a peor y sin embargo parece que no pasa nada. Sin llegar al extremo de aquellos que piden una huelga indefinida que no se va a secundar y que la mayor parte de la sociedad verá como un insulto, puesto que nuestro sector no es el único que sufre despropósitos, hay que tratar de desembarazarse del pesimismo y de la resignación, y promover una lucha, una rebeldía que habría que extender entre la mayor parte de nuestros compañeros, pero también a nuestros alumnos y a sus padres, los que van a sufrir, en definitiva, las tasas desorbitadas, los que van a ver que hay itinerarios para distintas clases, los que no van a disfrutar de los recursos necesarios, los que tienen que evitar un destino que lleva al matadero. Estáis promoviendo ideas peligrosas y nocivas, fomentando un caldo de cultivo de nerviosismo que no necesitamos. En vez de influir para mal y de lavar cerebros y de adoctrinar, dar clase, que para eso os pagan. Si en vez de huelgas dais clase, otro gallo cantaría. Y la Escuela Pública entonces no tendría tantos problemas. A obedecer y a callar.

4 comentarios:

eduideas dijo...

Hay un libro que se basa en este diálogo a dos voces de tu entrada, se llama Retrato canalla del malestar docente, y seguro que te ves refeljado en uno de los interlocutores

amelche dijo...

Es triste, sí. Pero no debemos dejar que nos pueda la tristeza. A pesar de los ineptos.

amelche dijo...

"Señor gobernante, usted es un gobernador, yo soy un docente. Usted pasará a la historia, yo quedaré en la memoria de miles de niños, jóvenes y adultos. Usted hace escuelas, yo vivo la escuela. Usted decreta, yo enseño. Usted dirige la justicia, yo soy justa. Usted, como otros gobernantes, pasará. Yo, como otros docentes, quedaré. Usted nos humilla, yo sólo espero. Usted habla enojado, yo escucho. Usted nos quiere dividir, yo enseño a multiplicar. Usted recibe abrazos comprometidos, yo recibo abrazos sinceros. Usted me ataca, yo me defiendo. Usted tiene 8 años de gobierno, yo tengo muchos más años de docencia. Usted da subsidios, yo pago los impuestos. Usted gobierna, yo educo. Usted corta cintas, yo corto cadenas. Usted resta haberes, yo sumo conocimientos. Usted ordena, yo busco acuerdos. Usted reparte, yo comparto. Usted tiene los gastos pagados, yo pago los gastos. Usted fue elegido, yo elijo. Usted suma votos, yo enseño a votar. Usted es sólo un gobernante, yo soy un docente."

Que conste que es de un vídeo que publiqué en mi blog en octubre de 2010.
Ver aquí

Yolanda dijo...

Mañana empiezo un nuevo curso, un nuevo reto, con nuevos alumnos, con muchas dificultades que todos conocemos y no voy a repetir, con incertidumbre, con dolor por el maltrato que sufrimos docentes y alumnos, la incomprensión de muchos y la desidia de otros. Sigo creyendo que nuestra labor es fundamental, y que nos dedicaremos a ella en cuerpo y alma.
No sé si desearte un feliz curso, quizá haya que conformarse con menos bienestar pero más satisfacción por haber podido sortear mil obstáculos. ¡Mucha fuerza y mucho ánimo!