Este hueco saldrá muy rentable si es por enfermedad |
Es indecente ser docente, le falta decir a nuestro ministro Voy-a-españolizarte-Wert. Es indecente, por ejemplo, que nos pongamos malos y sigamos cobrando. Al parecer, a partir de mañana, día 15 de octubre, las bajas de 1 a 3 días supondrán un descuento del 50% de la nómina. Más de 3 días, 25% más. Si tienes la fatalidad de enfermar de gravedad y superas los 90 días de baja, te reducen la nómina al sueldo base. Es decir, que para luchar contra el absentismo laboral, en vez de recurrir a los mecanismos que deberían regular el fraude entre aquellos que injustificadamenet faltan, a través del servicio de inspección (que por lo visto está más pendiente de revisar los horarios de los profesores para que cumplan las 30 horas), tiran por el camino de las sanciones. Argumentarán que persiguen acabar con el absentismo, pero queda claro que el espíritu de la medida es recaudatorio, económico e injusto. Una vez más.
Con esta medida se fomenta el ir al centro de trabajo como sea. El caso es estar en tu puesto tus 30 horas lectivas. Da igual cómo, el caso es estar. ¿Que es con gotero, o tiritando, o con alucinaciones por la fiebre, o con la palangana a mano para evacuar con celeridad? Pues que sea, pero qué es ese privilegio indecente de enfermar, por favor.
También es indecente tratar de educar, por eso quieren quitar las asignaturas que hagan pensar (ética, educación para la ciudadanía, cultura clásica) y fomentan las que consiguen adoctrinar (de ahí no mueve nadie a la religión). Y más indecente aún es exigir una educación gratuita, que le sale carísimo al Estado, con lo rentables que son los concertados (lo malo es cuando eso lo dicen las familias, como si a ellos les saliese más barato dicho concertado).
El caso es que año tras año el presupuesto en educación baja (con el agravante de que nos quieren vender que se ha invertido demasiado dinero para resultados muy pobres y que no hay correlación entre el fracaso y la merma presupuestaria), situándonos a la cola del mundo desarrollado. La ciudadanía no le pone freno ni pone el grito en el cielo, quizá, entre otros motivos, porque la prensa no hace demasiado hincapié en todo lo que se está perdiendo (muy interesante, por cierto, este artículo en La Vanguardia sobre el coeficiente de Gini, un dato mucho más aterrador que la prima de riesgo, pues "mide el nivel de desigualdad en la sociedad" y en España ha subido 2,7 puntos en cinco años, cuando este indicador se mueve en centésimas durante décadas). Pasa lo mismo con el informe PISA. En una entrada de Soy Pública se dice que "los profesores españoles son los que más horas de formación realizan
de forma voluntaria y los que más y mejor
absorben las diferencias sociales de la zona en la que se inserta en
centro educativo". Pero se ve que tampoco interesa difundirlo.
Eso sí, por fin, parece que los padres se ponen las pilas. Imagino que la acumulación de despropósitos (subidas inasumibles de tasas; despido de profesorado cuando incrementa el número de alumnos; eliminación de becas para colar sistemas de préstamos indecentes que no dan ni para diez familias necesitadas, a orden de tres libros por niño; desgravaciones fiscales si estás en cole privado o concertado; sustituciones regateadas como en un mercado persa; clases donde, después de más de un mes del inicio de curso, aún faltan profesores por colocar, gracias a esa maravillosa gestión de recursos que implica contratar a gente con un tercio de jornada, compartir centro entre distintas localidades o tener a funcionarios con plaza sin colocar) ha propiciado la movilización de la CEAPA.
También el Sindicato de Estudiantes propone tres jornadas de huelga, pero me temo que la mayor parte de nuestros alumnos se tomarán estos días para quedarse en casa en vez de reivindicar sus derechos. Incluido los estudiantes universitarios. Pero no perdamos las esperanzas. Y esperemos que esto sea el inicio de las movilizaciones que nos devuelvan el orgullo de defender una Educación Pública.
Ese orgullo que no comparten algunos compañeros nuestros que encima de haberse cruzado de brazos y haber mirado hacia otro sitio, que encima de no haber secundado las huelgas ni haber participado en las manifestaciones, echan la culpa del incremento de horas laborales (y de todos los males que les consumen) a la Marea Verde, como si hubiera sido eso el desencadenante del endurecimiento de la Administración hacia nosotros. Ese sector de docentes sí que es indecente. Y no se merece estar en el aula, enseñando (qué) a nuestos alumnos.
Ese orgullo que no comparten algunos compañeros nuestros que encima de haberse cruzado de brazos y haber mirado hacia otro sitio, que encima de no haber secundado las huelgas ni haber participado en las manifestaciones, echan la culpa del incremento de horas laborales (y de todos los males que les consumen) a la Marea Verde, como si hubiera sido eso el desencadenante del endurecimiento de la Administración hacia nosotros. Ese sector de docentes sí que es indecente. Y no se merece estar en el aula, enseñando (qué) a nuestos alumnos.
2 comentarios:
Pues no sé si se habrán quedado en casa sólo, pero en mi instituto ha habido un seguimiento bastante generalizado.
Nuestro ministro tiene el don de que, cada vez que habla, alguien se cabrea. Donde pone la palabra, pone la bala...
amelche: aquí ha habido de todo. Yo no me canso de repetir que si se hace con convicción, la huelga está bien, pero que si es para quedarse en casa sin más no se hace nada. Así que veremos. Y lo del desWertgonzado ese, me estoy reprimiendo la entrada dedicada a su estupidez, aunque no sé si aguantaré...
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