lunes, noviembre 12, 2012

Más consecuencias de los recortes: adiós al Felipe Trigo


Con la habitual manera de proceder para asuntos importantes (iba a poner educativos, pero lo vemos en cualquier ámbito), hoy nos hemos enterado de que nuestro centro dejará de impartir el año que viene la ESO y Bachillerato. Quedará como centro exclusivamente de ciclos. Mañana nos lo explicarán más detenidamente en un claustro, pero parece una decisión irrevocable. Se nos fusiona con otro centro y listo. Se recoloca a profesores y alumnos y aquí no ha pasado nada y ni siquiera perdonen las molestias. A obedecer y a callar. Nada de preguntarse quién toma este tipo de decisiones y en base a qué argumentos. ¿La comunidad educativa nada tiene que decir? ¿Y el tejido social de Móstoles? Y por otra parte... si esto se confirma, ¿no pasa nada?, ¿lo vamos a permitir?, ¿vamos a dejar que desaparezca otro servicio público?

Y es que esta noticia queda y quedará en un segundo plano y será una gotita más en el océano de las pérdidas y de los recortes. No es el primero ni será el último, aunque parece que cada vez los movimientos que conllevan el cierre de grupos, de bachilleratos y de centros incrementan de modo más vertiginoso. Nada más que los afectados (aunque conociendo el percal ni eso) se moverán para tratar de evitar lo que parece inamovible y por más que exista una presunta movilización de familias y se multipliquen las iniciativas en defensa de la educación pública, volveremos a recibir las consabidas excusas que hablarán de la optimización de los recursos, de los sacrificios por culpa de la crisis y de las demás monsergas repetidas. A no ser que todos nos unamos (y aún así será complicado), el Felipe Trigo será otra víctima más de la voracidad privatizadora (porque los centros concertados, por supuesto, no se cierran ni se fusionan).

Yo estoy en expectativa y aunque llevo cinco años en este centro, acabaré en otra parte, por lo que no me afecta tanto la noticia como a otros compañeros que llevan décadas allí salvo por el hecho de la pérdida de otro recurso de todos y para todos. Lo grave es que tal y como vamos, esto mismo volverá a pasar en otra parte y acabaremos siendo una profesión trashumante cuando no en peligro de extinción. Hay que pensar que si el mecanismo imparable de destrucción de centros públicos sigue este curso, la cantidad de profesores que sobran es difícil de imaginar. ¿Para qué tanto docente si podemos juntar más alumnos por clase? Y además, ya lo dice la LOMCE: los institutos tienen que especializarse. Leía en Valles y Cumbres que habrá que ver por dónde va la Marea Verde el miércoles y viendo el panorama, la respuesta debería ser contundente. Porque la ruta iniciada solo lleva a un final: no habrá más IES a los que poder desplazarse...

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