Este domingo, me han llamado la atención tres titulares que he leído:
"El timo de Bolonia". Los profesores cuestionan la reforma universitaria. Aunque se veía bien "que se equiparasen la nomenclatura, la duración y la validez de las carreras que se cursaban en el sistema universitario europeo", se nos lleva a carreras más caras, además reduciendo la oferta de becas y aumentando la de créditos reembolsables.
Otro aspecto negativo, del que no había oído hablar, es la exigencia de una mayor presencialidad (“se exige la asistencia al 70% de las clases para aprobar”), con lo que compatibilizar estudios y trabajo resultará muy complicado. También se critica el nuevo modelo (anglosajón, no germánico como hasta ahora) por el desprestigio de la clase magistral, ya que se prefieren clases mucho más participativas, con frecuentes debates, siendo los alumnos quienes lleven la voz principal. Por si fuera poco, en uno de los objetivos de Bolonia, evitar la dispersión de las equivalencias de los títulos, han dejado que sean las universidades las que implanten sus propias titulaciones en vez de que “la UE hubiese establecido unos contenidos mínimos”.
En el último párrafo se hace una interesante reflexión: "si la situación es tan negativa como la descrita, bien podríamos preguntarnos por qué no ha habido una resistencia institucional mucho mayor a la implantación de Bolonia; por qué las numerosas quejas no han conseguido que solidificara una acción de amplio alcance".
En El País aparece un reportaje que habla sobre la autonomía escolar como medida contra el fracaso. "Cataluña obliga a los centros a presentar proyectos y lidera el impulso de la independencia educativa", reza el subtitular. La obsesión: reducir la tasa de suspensos en la ESO, que roza el 30%. Para ello, se insta a que haya planes individualizados, como por ejemplo un centro donde se cambia el manual por clases con periódicos y radios. Los expertos piden límites para no perjudicar al alumno que cambia de comunidad y, al final, Xavier Masó, profesor de Secundaria dice que la autonomía debe centrarse en los aspectos organizativos del centro y no en los pedagógicos, que para eso está la Administración.
Y también en El País se habla del Pacto Educativo, que se ve cercano. ¿Qué puntos incluiría?: cultura del esfuerzo, impulso de las becas, flexibilidad, "Una enseñanza más individualizada", luchar contra el fracaso y abandono, escolarización temprana, FP integral, modernización, universidad universal, profesorado.
"El timo de Bolonia". Los profesores cuestionan la reforma universitaria. Aunque se veía bien "que se equiparasen la nomenclatura, la duración y la validez de las carreras que se cursaban en el sistema universitario europeo", se nos lleva a carreras más caras, además reduciendo la oferta de becas y aumentando la de créditos reembolsables.
Otro aspecto negativo, del que no había oído hablar, es la exigencia de una mayor presencialidad (“se exige la asistencia al 70% de las clases para aprobar”), con lo que compatibilizar estudios y trabajo resultará muy complicado. También se critica el nuevo modelo (anglosajón, no germánico como hasta ahora) por el desprestigio de la clase magistral, ya que se prefieren clases mucho más participativas, con frecuentes debates, siendo los alumnos quienes lleven la voz principal. Por si fuera poco, en uno de los objetivos de Bolonia, evitar la dispersión de las equivalencias de los títulos, han dejado que sean las universidades las que implanten sus propias titulaciones en vez de que “
En el último párrafo se hace una interesante reflexión: "si la situación es tan negativa como la descrita, bien podríamos preguntarnos por qué no ha habido una resistencia institucional mucho mayor a la implantación de Bolonia; por qué las numerosas quejas no han conseguido que solidificara una acción de amplio alcance".
En El País aparece un reportaje que habla sobre la autonomía escolar como medida contra el fracaso. "Cataluña obliga a los centros a presentar proyectos y lidera el impulso de la independencia educativa", reza el subtitular. La obsesión: reducir la tasa de suspensos en la ESO, que roza el 30%. Para ello, se insta a que haya planes individualizados, como por ejemplo un centro donde se cambia el manual por clases con periódicos y radios. Los expertos piden límites para no perjudicar al alumno que cambia de comunidad y, al final, Xavier Masó, profesor de Secundaria dice que la autonomía debe centrarse en los aspectos organizativos del centro y no en los pedagógicos, que para eso está la Administración.
Y también en El País se habla del Pacto Educativo, que se ve cercano. ¿Qué puntos incluiría?: cultura del esfuerzo, impulso de las becas, flexibilidad, "Una enseñanza más individualizada", luchar contra el fracaso y abandono, escolarización temprana, FP integral, modernización, universidad universal, profesorado.
1 comentario:
Hola Julııı
Muy ınteresante tu post. Te ınvıto a que te des una vuelta por 'Deseducatıvos' quıza pueda ınteresarte el proyecto :)
En cuanto a Bolonıa te dıre que este ano estoy estudıando Hıstorıa del ARte en la Uned ya con el nuevo plan y es un autentıco desastre: Bolonıa se resume en una Logse unıversıtarıa con reduccıion de contenıdos a tope; lıbros de texto en vez de bıblıografıa especıalızada y el uso de las TICs solo porque estan de moda. En mı blog tengo un post al respecto.
Un saludo y felız 2010 (dısculpa las faltas de ortografıa pero el teclado turco puede con mı pacıencıa...)
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