Felicidad. España no ha perdido contra Italia y encima Europa está a nuestros pies. Don Mariano se ha puesto firme, le ha exigido a los alemanes un crédito y sus presiones han dado resultado ("si no me das dinero, no respiro", llegó a amenazar nuestro mandatario como mayor muestra de la presión ejercida). Hecho el trabajo duro (dar una rueda de prensa, se entiende), a disfrutar de la Roja, por supuesto, que es lo importante. Como el español que es, faltaba más. ¡Arriba España! ¡Y arriba las primas a nuestros jugadores, que con 100.000 euros más se pueden hinchar!
Mientras tanto, vamos a seguir exprimiendo un poco más el lenguaje. Como dijo el inigualable Juan José Millás, "el dominio de la palabra otorga un poder que no cabría atribuir a una
herramienta tan humilde". Incluso este Gobierno es consciente de eso, de ahí sus esfuerzos por minimizar los daños de un léxico agresivo.
La lista de eufemismos es de traca: no hay recortes, sino que se producen "ajustes" o "reformas"; no es abaratar el despido, es "flexibilizar el mercado laboral"; el copago sanitario no es tal, es un "ticket moderador"; no hay recesión, sino "tasa negativa de crecimiento económico"; la vergonzosa amnistía fiscal es una "regularización de rentas y activos"; no se regala dinero público a la banca con el llamado banco malo (¿y el resto que son, bancos pérfidos, o hijoputas directamente?), se trata de “facilitar la gestión activa del patrimonio dañado de las entidades financieras”; ya no suben los impuestos, hay una “modificación de la estructura de la imposición sobre el trabajo y un aumento sobre la imposición al consumo” o se producen "recargos temporales de solidaridad", de modo que la próxima subida del IVA es "un cambio de ponderación en los impuestos al consumo".
Y, por supuesto, no hay ningún rescate, sino "financiación europea para recapitalizar bancos", "apoyo financiero", "préstamo favorable", "línea de crédito", "inyección". "Las noticias de hoy son positivas", dijo el gafe mayor del reino (quiebra Lehman Brothers y ahora España, ni el propio Rodrigo Rato) y no sé por qué no brindamos con champán con las condiciones "extremadamente favorables" que hemos conseguido, con tipos de interés bajísimos. "La sociedad no cargará con el peso del rescate, las condiciones se van a imponer a los bancos". Un periodista por lo visto le preguntó: “Si según usted la sociedad no va a sufrir, ¿por qué no se ha pedido antes el rescate?” (la pregunta del millón). ¿La respuesta del guindo: “A usted no le tocaba preguntar ahora”.
En la línea eufemística que hemos visto, no le vamos a pedir a Rajoy que nos deje de tomar el pelo, sino que "deje de desgajarnos, una a una, nuestras cansadas fibras capilares"; ni que no nos toque los cojones, sino que "deje de afrontar la tarea de palpar sistemáticamente el interior de la huevera"; tampoco le pediremos que se vaya a la mierda, sino que "se dirija con todo cuidado al depósito de heces que conforman él y todos los políticos". Por supuesto, tampoco queremos su dimisión por incumplir sistemáticamente sus promesas, por mentir y por llevarnos a la vergüenza de un rescate, sino que le vamos a pedir que "opte por la retirada estratégica de encontrar la puerta de atrás".
4 comentarios:
Gran entrada, Juli. Te echábamos de menos.
Es increíble, si hace unos años no había crisis, ahora no hay rescate. Lo habremos soñado. Encima, nos toman por idiotas.
Me alegra leerte de nuevo por aquí
Muchas gracias, Vallesycumbres y eduideas.
Y los sueños, sueños son, amelche.
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