Llega la Navidad y se nota en el ambiente...
La gente respira felicidad, las luces navideñas adornan las principales calles, el Corte Inglés está que rebosa... Acaban las evaluaciones y el poco interés de los alumnos se transforma en total desinterés por dar clase y hacen pellas (campanas, novillos).
Que digo yo: ¿para qué vienen a clase si no traen ni los cuadernos? Entiendo más a los que se quedan en casa que a los que vienen al instituto y te toman como un mono de feria, que sólo quieren que les entretengas un rato porque en casa se aburren.
Pero bueno, es Navidad y hay que hablar de cosas buenas:
¡Me han dedicado un villancico!
En 3º. Ya me habían avisado el día anterior:
¿podemos salir mañana 10 minutos a prepararte una sorpresa? Puedes pensar que a lo mejor van a fabricar una bomba casera o cargar sus recortadas, pero como no es el caso, te esperas cualquier cosa. Lo cierto es que llegó el día y se sumaron a los tres alumnos que me pidieron esos diez minutos otras dos niñas, que al entrar se encargaron de darle a la pandereta.
A mí estas cosas me dan mucha vergüenza y además tengo memoria de
peSesito, pero el estribillo decía algo así como:
Juli, apruébameee, Juli ponme un dieeez, Juli, Juli, Juli y ya no sé qué. Para completar el
show navideño se desabrocharon los abrigos y apareció mi nombre inscrito en sus camisetas:

Y por detrás de mi nombre (bien acentuado, lo cual agradecí mucho), unas dedicatorias. Le dije a uno de ellos que hasta me sentía culpable de haberlo suspendido (no entiendo bien cómo después de que haya aprobado todos los exámenes, no haber cedido en el trato que me propuso de aprobarle la 1ª evaluación a cambio de sacar un 7 al final y suspendiéndole por no entregar el cuaderno y no leer la lectura le caigo tan bien).
Luego me preguntaron si alguien me había cantado un villancico antes y les reconocí que no, que a nadie se le había ocurrido...
Este tipo de detalles compensan el decreciente nivel de estudios (
próximo post, pronto ahora que pasó el ajetreo de las evaluaciones y las medias y demás) y de interés por la educación en este país.
Y ya que estamos aquí y se avecinan fechas propicias, aprovecho para desearos a todos unas
Felices Fiestas. Que lo paséis muy bien (y que pasarlo bien sea un concepto diferente al de los alumnos que quieren pillarse un buen pedo...) y sepáis disfrutar de lo bueno de estos días.