sábado, diciembre 30, 2006

26. Navidades hospitalarias

hospitalario, ria.
(De hospital).
1. adj. Que socorre y alberga a los extranjeros y necesitados.
2. adj. Que acoge con agrado o agasaja a quienes recibe en su casa.
3. adj. Se dice de la casa misma.
4. adj. Perteneciente o relativo al hospital para enfermos.


Este profe que escribe este blog tan impersonal fuera del mundo del instituto va a romper su hábito de no hablar de su vida privada (flashes no, por favor) por una vez y va a contar su particular odisea en estas navideñas y entrañables fechas, adscribiéndose a la cuarta entrada del diccionario de la RAE.

21:30, lunes 25 - 14:15, viernes día 29. Hospital para mis narices. Aun no siendo nada importante, he tenido lo suficiente como para darme cuenta de que no valoramos lo que damos por dado (la salud, las pequeñas cosas y hábitos que nos rodean, la familia, los amigos que llaman a cada momento preocupados por tu salud) y de la brecha que supone algo tan normal como acercarte a un hospital de urgencias y quedar aislado, encerrado, prisionero de la fragilidad de tu propia salud.

Bueno, empezaré por decir que no ha sido nada: el domingo empecé a sangrar por la nariz y el lunes no sólo no paró sino que fue a más. En el hospital, cuando me dio otra hemorragia (al principio creo que no me tomaron muy en serio) me ingresaron esa noche.

Podría optar por una versión extendida de los hechos, pero creo que mejor será resumir: por más dolorosos taponamientos en las narices que me ponían, no paraba de sangrar. Me trasladaron a la madrugada de la segunda noche a otro hospital para que me practicaran una
embolización y me dejé todas mis pertenencias en el primer sitio con las prisas porque entre que yo echaba sangre por la boca y mi padre se acababa de despertar, nos fuimos con lo puesto. Así que me quedé incomunicado, sin ninguna distracción. Y las agujas del reloj en el hospital están llenas de plomo, las horas no pasan.

Repetidas preguntas sobre las causas del derrame (golpe, hurgamiento, coca...); olor fétido de estar estancado tanto tiempo, lo que salió (hedor incluido) cuando me lo quitaron; dolores en la espalda porque durante 8 horas no podía mover la pierna; esperas interminables a que los médicos te atendieran; noches salpicadas de visitas para revisar tu temperatura y tensión; celadores llevándote de un lado para otro...

Lo importante es que no me sangra la nariz y estoy en casa. Y, como me dijo uno de estos celadores (hay que ver qué curro tienen, qué labor hacen, ellos, las enfermeras, los doctores e incluso el personal de limpieza, qué estrés, cómo olvidan que conviven con el dolor y la enfermedad e incluso la muerte, o hay vocación o no sé cómo aguantan) cuando le dije que estaba acojonado por la operación quirúrgica: “la mayoría de los que están aquí darían lo que fuera por tener una operación como la tuya”.

En fin... Felices Fiestas para todos y disfrutad mucho en Nochevieja. Yo reposaré y trataré de volver a la normalidad lo antes posible.

sábado, diciembre 23, 2006

25. Telegramáticamente

Últimos días muy atareados y estresantes. STOP. Exámenes, ejercicios de recuperación y presentación de actividades y cuadernos demasiado tarde retrasaron la puesta de notas. STOP. Sesiones de evaluación y jornadas culturales. STOP. Profesores (bueno, sobre todo yo) al borde de un ataque de nervios. STOP. Jornadas culturales muy cargadas. STOP. Concurso de carteles literarios (se daba un poema y lo tenían que copiar y hacer un dibujo inspirándose en él), karaoke, batuka, conciertos... STOP. Una circular entre profesores pedía no escaquearse y algunos, en efecto, estuvimos de 9 a 14. STOP. No preguntar por otros. STOP. Comida con compis del primer año y ver que no fue casualidad llevarnos tan bien y que será difícil volver a tener tanta suerte. STOP. Comida con los compañeros actuales y acabar volviendo a casa casi a las doce tras una charla más reducida final analizando la marcha del instituto. STOP. Abandono del gimnasio y sudores fríos al pensar en cómo retomaré el ritmo. STOP. Previsión para un segundo trimestre más gris, dos compañeras por unas razones u otras se marchan y empieza un curso de cuatro a nueve los lunes y jueves. STOP. No volveré a quejarme de temas de vacaciones por bien de mi integridad personal. STOP. Felices Fiestas a todos. STOP.

martes, diciembre 12, 2006

24. Tras el puente, la caída

Con el corazón roto, así me hallo al observar que, cuales alumnos míos de verdad, habéis dejado los deberes sin hacer. ¿Sabéis qué os digo, emulando a Woody Allen (Misterioso asesinato en Manhattan)? Que ya no os vuelvo a mandar deberes, ea.

Quitando esto, sólo quería apuntar que la vuelta ha sido muy dura. Claro, disfrutas del puente, te olvidas de tu rutina, de tus clases, de tus gritos, etc., te crees que eso es tu realidad, pero noooo, es algo momentáneo, hay que volver a la realidad. Y la realidad ha llegado junto con el invierno, con temperaturas rozando los 0º y el instituto congelado, como mis pies. Es decir, después de atravesar el puente, te das cuenta de que llegas al final y que te precipitas al vacío.

Hecha mi queja (acepto que me tiréis de todo encima y que me digáis que no es nada comparado con vuestros casos), apuntar tan sólo que estoy inmerso en corrección de ejercicios de recuperación, últimos exámenes, todo tipo de correcciones (normalmente cosas retrasadas) y, a la vuelta de la esquina, las medias y las notas. ¿Qué es lo bueno? Que se acercan las vacaciones (podéis tirarme de nuevo todo lo que tengáis a mano).

PD: aprovecho la falta de apenas una hora para el día 13 para felicitarte, Laura.

¡F E L I C I D A D E S!

martes, diciembre 05, 2006

23. Deberes para el puente


¿Qué os pensabais? Que por entrar libremente a este blog os ibais a librar de tener que hacer deberes para el puente, como mis alumnos de 4º? No, no, eso no.
Aprovecho el texto que he escrito, siguiendo los parámetros de la literatura realista del siglo XIX, para teneros activos durante estos días.

Para casa:


Lee el siguiente texto y contesta a las preguntas que vienen en negrita:


Alejandra se levantó confundida. Su resaca, como una maciza plancha de acero instalada sobre su cabeza, retardó el proceso identificador: no estaba en su minúscula habitación, dispuesta en una esquina de sus veinticinco metros cuadrados, al lado del cuarto de baño –retrete, lavabo y un rectangular y alargado habitáculo donde sólo podía ducharse– y en frente de su cocina americana-salón resto de la casa.

Se sorprendió al estirar su brazo y no hallar obstáculo alguno. Su corazón sintió una especie de vértigo o desamparo. Su vista no se chocaba contra los duros y rectos límites de las paredes, sino que se abría entre ella y la ventana (que devoraba demasiada luz) el espacio suficiente como para dar varios pasos seguidos. Quizá por culpa de un equivocado y posesivo síndrome de pertenencia, echó de menos en ese primer instante su reducido espacio. Todo allí le venía demasiado grande y le resultaba extraño porque no estaba en su insignificante territorio, en el que aunque insignificante, al menos se trataba de su insignificancia.

Una débil luz roja fijó su atención: el reloj despertador de la mesita. Las diez y cuarto. Su espalda se separó del colchón, impulsada por una especie de resorte automático, casi un espasmo provocado como por una desconocida corriente eléctrica. Tendría que estar despierta hace tres horas. La echarían del trabajo. Ella carecía de la bula de Guzmán o Fermín, a ella le exigían tres veces lo que a sus compañeros, cobrando casi tres veces menos. Estuvieron a punto las lágrimas de sobrepasar la frontera de sus párpados, pero no se lo permitió. Tal vez por su desarrollado y entrenado afán de superación y fortalecimiento de carácter, tal vez porque recordó que era domingo.

Se desvaneció como una aspirina efervescente la visión del recorrido de cada mañana de lunes a sábado, desde el gélido desembarazarse del edredón, pasando por el silencioso ritual de ducharse, vestirse, maquillarse y desayunar, hasta bajar los seis pisos por las escaleras –la maldita claustrofobia le impedía acercarse a cualquier ascensor– y recibir con oscura hostilidad el saludo de las calles grises y los pasos acelerados de semblantes serios que enseguida se convertían en olvidos difuminados... (Continúa describiendo el trayecto hasta la oficina, situada en el extrarradio, un edificio alto donde está instalada una multinacional. 10 líneas)

Todo era demasiado repetitivo: de nueve a dos delante de la pantalla del ordenador, espalda recta, dedos registrando cifras en un desfile autómata y enloquecedor. Hora para el almuerzo en la sala sellada de la planta baja, luchando contra sus sudores fríos y su agobiante sensación de falta de oxígeno. Sándwiches a duras penas digeridos, digestión deficiente, estómago saturado en las tres horas siguientes, incluso en la hora y media de trayecto de vuelta, reducido a media hora si Carlos había podido salir antes a recogerla, algo cada vez más infrecuente, sobre todo a raíz de que se frustrara el proyecto de irse a vivir juntos.

Lo había sospechado pronto. Supo que aquella propuesta nacía de un más que seguro arrepentimiento por encima de una decisión meditada y aceptada. Lo que no había podido imaginar es que pudiera haberse acostumbrado a no esperar nada de él, a no importarle renunciar de su presencia, a no tener la mínima indignación ante el hecho de saberle acostándose con otras.

Ya que estaba incorporada, vio que en la mesilla estaba su paquete de Winston. Encendió un cigarro y su primera calada la contuvo en su interior hasta expulsarla con demora, reflexionando sobre el humo y sobre ella misma, vista de forma casi alucinógena en aquella nube tóxica que ella misma estaba desatando. Miró la colilla y su dolor de pulmones le impulsó a apagar el cigarro contra el cenicero que también se había acercado. Lo aplastó contra él y se quedó observándolo. Ella podría ser aquel cigarro. Casi nuevo, pero inútil por completo. Se acordó de una frase de una de sus novelas favoritas en aquella época –casi inexistente, que parecía tan distante–, “Aquel año la tristeza había aparecido a la hora de siempre”, pensamiento de Ana Ozores, un personaje con el que en ese entonces no podía sentirse más alejada, pero que ahora...

Se abrió la puerta, pero al estar situada enfrente de la ventana y estar el resto de la casa en penumbra, no pudo descifrar el significado de los contornos de aquella silueta que se apoyaba en el quicio de la puerta pesadamente, con el hombro.

–Buenos días, oyó con voz algo ronca, áspera, pero al mismo tiempo cariñosa. Sonaba algo adormilada, con que supuso que provenía del cuarto de baño... (Completa el diálogo entre los dos personajes, tratando de que suene lo más coloquial o auténtico posible y acaba el capítulo con las reflexiones, el recuerdo, la explicación o con lo que quieras completar de Alejandra. Mínimo, 25 líneas)

Titula el texto.
Identifica los rasgos realistas de este texto.

viernes, diciembre 01, 2006

22. La educación a debate


(Aviso a navegantes. Este artículo puede resultar tedioso, sobre todo si se siguen mis indicaciones de leer los dos artículos enlazados a los que se hacen referencia).

Este jueves los profesores hemos votado para ver quién nos representaba sindicalmente en no sé muy bien qué negociación o para qué motivos. Han venido varios sindicatos a informarnos qué pretenden conseguir (darnos una mayor autoridad o relevancia dándonos la consideración de autoridad, para que una agresión contra nosotros sea un atentado contra la autoridad, por ejemplo), pero en realidad he votado sin saber bien qué estaba votando.

Y he tenido suerte. Al menos he podido votar. Muchos interinos no han estado incluidos en el censo electoral y no han podido ejercer su derecho al voto. Luego hablan de que no hay categorías. Muchas veces nosotros mismos somos los primeros en tirarnos piedras sobre nuestro tejado, al no ser esa piña que necesitaríamos ser.

Si lo fuéramos, no toleraríamos la espiral a la que se dirige la enseñanza pública. Seamos sinceros. La cosa va a peor. Tengo compañeros de cierta edad que me hablan de la degeneración que han visto en las aulas y se consuelan pensando que no estarán para ver lo peor. Se compadecen de mí.

Todos los partidos políticos están de acuerdo en una cosa: la educación no interesa. Interesa que los alumnos del futuro sean sujetos sin capacidad de crítica que hagan lo que les digan de arriba, sin quejarse ni rechistar. Por eso los centros públicos seremos el cajón de sastre donde meter todo aquello que no saben qué hacer con ello. ¿Resultado? Dentro de poco, hablaremos de dos clases: los pudientes podrán elegir centro privado, donde podrán recibir unos estudios (que no educación, eso se pierde en todos los lados) que les posibiliten el acceso al poder; y los pringados que se tendrán que conformar con lo sobrante. Con las mezclas disparatadas, los centros problemáticos, nada adaptados a lo que se pretende.

Integrar. Ja. Las mezclas son buenas, claro que sí, pero siempre que eso no devenga en una devaluación a los alumnos que quieren aprender. Eso no lo harán si tienen en la clase cinco chinos, seis marroquíes, cuatro del este de Europa y tres americanos sin ningún nivel. ¿Racismo? Realidad. Hay que disponer clases especiales para ellos, al igual que para los alumnos con discapacidades, hasta que se vea que pueden seguir el ritmo de los demás.

Es precioso pretender una igualdad social y querer evitar marginaciones. Es precioso ver a un alumno sordo con discapacitación psíquica, que tiene miedo a lo que no puede escuchar ni entender y al que se obliga a salir de su mundo seguro para ser vulnerado por otros alumnos “normales”. Es precioso que venga un profesional como Álvaro Marchesi y te venga a decir que si la LOGSE no ha dado su resultado es porque los profesores no tienen la capacidad suficiente y hay que darnos herramientas en ese sentido. El señor Álvaro Marchesi, desde su tarima universitaria, realiza un diagnóstico superficial y abstracto, lleno de términos grandilocuentes; habla de “compromiso de la sociedad”; también me ha gustado mucho el término “disruptivo”. Cuando un alumno me insulte en la cara o simplemente me dé el coñazo, le diré con calma: “Niño, no seas disruptivo”. ¿No es un término precioso?

En la sala de profesores oí el otro día que ya se llegaba a aconsejar a familiares no meterse en esto de la educación. Profesión de riesgo. Están saliendo muchos temas de violencia en el aula, tanto con los propios compañeros como contra los propios profesores. Tenemos un problema si vemos un vídeo en el que te patean. Luego se entrevista al ángel y te dice que el profesor le estaba provocando. ¿Por exigir que le diera el tabaco, por pedirle que se fuera porque no era su instituto? Da igual, el caso es que el profesor se arrastraba para huir. Y que su novia estaba grabándole, lo cual demuestra que el acto fue impremeditado, claro. La punta del iceberg, de todas formas. Sólo quien está ahí dentro sabe que hay centros (y muchos) donde salir indemne es el principal objetivo del día.

Salen esas imágenes en la tele y entonces mucha gente que nos miraba por encima del hombro y con desconfianza por nuestras vacaciones y nuestros horarios entonces no lo ven tan fácil, aunque se siguen quejando en los periódicos gratuitos porque les hacemos ir a recoger a sus niños por culpa de una votación que no tiene importancia. Y eso que no saben que vamos a ir a peor con más facilidades para quien no quiere estudiar con las promociones automáticas. No hay pacto de Estado en un tema prioritario como el futuro que van a darle a sus hijos. Lees a Ricardo Moreno Castillo, profesor de instituto, y no puedes sino asentir a todo lo que dice. Pero sabes que no se le escuchará, que todo seguirá igual. O, peor, que la situación seguirá degenerando. Y nosotros, que vamos cada uno por un lado según nuestros intereses y nuestra nula visión como grupo, no haremos paros ni manifestaciones. Vendrá el inspector de turno, nos amenazará, nos amedrentará, y seguiremos soportando al angelito que nos llama hijoputa en la cara, no vaya a ser que le coartemos su derecho a recibir clase. Vendrá el político del momento y, si tiene un rato libre entre independencias, procesos de paz, trasvases de agua, televisión estatal, prevaricaciones urbanísticas, decidirá hacer caso al Marchesi intelectual, pedagógico y moderno de turno y nosotros no le diremos que pruebe a meterse en clase un par de semanas para ver si no cambia de idea.

Yo no pido que se me valore en la sociedad. Simplemente me conformo con que mis alumnos adopten hábitos civilizados (esos primerinos que se levantan cuando quieren, que hablan con el compañero del otro extremo), que sepan valorar comportamientos y éticas, que no acepten lo que reciban sino que piensen y critiquen, que desarrollen sus opiniones y que no se tomen la lectura como algo antagónico para sus vidas. Simplemente pido que la madre que se queja de que no se permite el móvil (con el que te pueden grabar) a su hijo porque le puede pasar algo en el camino al instituto, se dé cuenta de que con el móvil en el bolsillo ese alumno no está pendiente de ti, sino de si Menganito le dará un toque desde la otra clase; o le llamarán en plena clase interrumpiéndote y rompiendo la dinámica que tanto te ha costado implantar.

Profe novata, muchas gracias por tu comentario y seguro que resistes. Usuario anónimo, no sé cómo te agregan al planeta educativo. Mery casi profe, lo tuyo también debe tener su miga. El surrealista, si relativizas, te lo pasas bien, pero no dejan de ser frustrantes algunas respuestas. Yop, indagaré en lo de Calvin Klein. Resto de comentarios, muchas gracias, perdón por la extensión y echad un ojo a los dos artículos que salieron en El País.

jueves, noviembre 23, 2006

21. Perlas cultivadas y otras rarezas

Tras tres años con este dando clase, es lógico que tengas que pasarte gran parte del curso como a prueba. Por suerte tienes unos grandes compañeros que minimizan e ironizan sobre estos asuntos. Hoy llegó el día en que mi profesora-tutora se metió en una de mis clases. Sin problemas. Los chicos, además, se portaron mejor. Debe de ser que les da corte hacer el gamba delante de una desconocida...

Siguiendo con las rarezas, creo que no es por darme autobombo, pero creo que me estoy acercando peligrosamente a ser una deidad, una especie de ser todopoderoso (no, en serio, que esas plantas nuevas de la terraza son normales). A ver, me explico: Conmigo, hasta los sordos oyen.

Tengo un par de alumnos sordos. Una hasta necesita aparato para seguir las clases. Bien, pues conmigo sólo le hizo falta un día, hasta que entre grito y grito (y eso que tapaba el micrófono) tuvo suficiente. A la clase siguiente me comentó que a mí me oía perfectamente, jejeje.

Y, para acabar, hoy he corregido exámenes de historia y he aquí algunas de esas perlas cultivadas:

Pregunta de verdadero y falso. En este último caso, hay que corregir el error.
La gran ciudad del Quattrocento fue Roma.
Respuesta: Falso porque fue Italia.

Aahhh, claro...

Evolución artística del siglo XV al XVI.
Respuesta: Sufre un gran cambio de una figura como los de Quattrocento son como personajes los campesinos, que en cambio Cinquecento son estatuas más grandes de un aspecto a que ese hombre es algo importante.

El párrafo está encapotado. El desencapotador que desencapote el párrafo, buen desencapotador será...

Pregunta: Tiziano.
Respuesta: escultor renacentista español.

Claro, Pepe, Paco y Tiziano son los nombres más castizos y autóctonos de España (esto es la respuesta del profesor en ese examen...)

Pregunta: calvinismo.
Respuesta: fue creado por el señor Calvo

... Y después, se dedicó a las sardinas

Pregunta de completar espacio en blanco:
Carlos V derrotó en 1547 a una coalición de príncipes protestantes en la _________ Tachán... Biblia.

Si es que ese libro sagrado siempre ha estado en el candelabro...

Para poner fin a la crisis del catolicismo, el papa Pablo III se decidió a convocar el ____________.
Esta ha dado mucho juego: catolicismo (si el catolicismo está en peligro, cómo no convocarlo); calvinismo (claro, lo mejor es meter el enemigo en casa) y, como remate o guinda perlil, la siguiente respuesta: nacimiento de cristo (joder con este Papa, qué máquina, que para resolver problemas convoca a Cristo, lo desclava del madero y a tomar por culo tanto protestante).

viernes, noviembre 17, 2006

20. El solitario


En un repaso breve a la semana, me doy cuenta de dos cosas:

1. Me cuesta cada vez más llegar al viernes. Voy a tener que pedir complejos vitanímicos o que reduzcan la jornada o los alumnos, jeje.

2. Se me olvida con mucha facilidad la condición de funcionario en prácticas. Llevaba viendo varios días en la pizarra de la sala de profesores un anuncio con el concurso de traslados, algo que tienen que hacer los funcionarios en expectativa (expectativa de destino, hasta que éste sea fijo). Pues bien, yo como si conmigo no fuera la cosa hasta que han avisado de que yo también tengo que hacerlo.

En otro orden de cosas, como consecuencia de la visita del inspector, la semana que viene entrará en clase mi profesora-tutora. Nada grave, salvo la vergüenza que pasaré. Con ella bien, me ha consultado y además sé que incluso me puede venir bien a la hora de que me pueda dar algún consejo.

Y hoy tenía una gran noticia: las dos últimas horas con los de 1º no las tenía porque se iban a una excursión, así que podía salir dos horas antes. ¿Dos horas antes? Craso error. Un niño, castigado por no entregar la autorización a tiempo, estaba allí, así que me he tenido que quedar con él a penúltima. Al menos valió para que resolviera una duda sobre la suma de valores (figuras y silencios musicales) y para que tocara un rato el piano (aquí ya me desentendí un poco y me puse a leer la novela).

Lo que más rabia me da es que el idiota del muá pringa (y ojo, que me parece bien porque este niño, que es complicado porque es demasiado infantil y se distrae y juega y no puede comportarse durante más de 5 minutos como dios manda, había podido quedarse en casa y le dijo a su madre -no entiendo esta permisividad, pero bueno- que prefería ir a clase antes de estar toda la mañana jugando a la Playstation, así que por lo menos había que aprovechar esa disposición y esa oportunidad única de que no haya compañeros con los que distraerse), mientras que otros compañeros (me juego lo que sea) habrán tenido hora libre y el niño en el aula de castigos o donde le hayan podido endilgar. Que siempre pringamos los tontos y libran los listos.

Por último, un miedo: una actividad próxima de música consistente en tener la coordinación para marcar con el brazo izquierdo un ritmo de 2 por 4 (arriba y abajo el brazo) y a la vez, con el derecho, uno de 3 por cuatro (se complica girando el brazo al exterior antes de volver a subirlo). Soy INCAPAZ de hacerlo. Soy descoordinado en extremo. Probad a hacer una cosa: girar un brazo hacia delante; a la vez, el otro brazo en sentido contrario. ¿Podéis? (hundidme ahora diciendo todos que sí). Yo nunca he podido. A ver cómo lo hago...

lunes, noviembre 13, 2006

19. ¡Inspector, inspector!


A lo largo de nuestra vida nos encontramos con personas que por determinadas circunstancias (cargo, importancia, severidad...) provocan en nosotros un sentimiento de minusvalía, sumisión o, al menos, una actitud de esquiva prudencia. ¿Quién no ha padecido a ese profesor de mirada autoritaria, a ese rival del equipo contrario con actitud desafiante, a ese jefe de sección al que te da hasta miedo mirar? Según las circunstancias o trayectorias de cada uno, supongo que sabréis a lo que me estoy refiriendo.

En mi caso, no han sido profesores ni rivales ni jefes los que han podido producirme este sentimiento (aunque si bien es cierto que tiendo a mirar hacia arriba a las personas y a eludir miradas que se dirigen a mis ojos, me refiero a cuando me cruzo con dichas (y desconocidas) personas, no cuando me hablan), ni siquiera lo he padecido cuando he estado opositando (no me hacían caso, pero no me asustaban).

Pues bien, ha sido ahora cuando ha aparecido una figura que podría ejemplificar todo cuanto estoy diciendo: ¡el inspector!

Como bien sabéis (y si no, os lo digo), estoy ahora en fase de prácticas y eso supone que me asignen un profesor-tutor, hacer un cursillo de 20 horas y presentar una memoria. Todo eso lo revisa el servicio de inspección, según dónde te asignen. La semana pasada el inspector se acercó para recordarnos esta fase y hablarnos un poco de ella.

Creo que todos los que estamos de prácticas nos quedamos parados de forma semejante; incluso los profesores-tutores, que son jefes de departamento, gente con experiencia contrastada, se sintieron algo impresionados por la seriedad del evento que se produjo en el recreo, por más que al día siguiente, al comentar la actitud del inspector, oyera decir a algún compañero "si son iguales que nosotros". Sí, igual, pero marcando territorio desde la lectura del decreto ley correspondiente.

Este señor se encargó de tirarnos por tierra todo lo que había oído hasta el momento. Desde sus palabras secas, frías y altisonantes, nos comentó que esta fase "no es un trámite" y nos avisó de forma algo apocalíptica que "hay muchas personas que son no aptas". También nos recordó (después de felicitarnos, algo es algo) que habíamos aprobado la fase de oposición, con lo cual habíamos demostrado nuestros conocimientos sobre la materia, pero aún nos faltaba por demostrar nuestra capacidad docente. Entre eso y alguna que otra frase que mejor me guardo (no vaya a dar la casualidad que lea esto de los blogs y la liemos :p), me entró una cierta incertidumbre inquietud, aunque si se siguen las instrucciones sé que no habrá ningún problema.

Algún día relataré alguna cosa de los inspectores, que nos inspeccionan (como bien indica su nombre) nuestro trabajo, aunque a veces se excenden en su labor fiscal y sólo atienden a una variable: el número de aprobados. Cuando hay gran número de suspensos, da igual el motivo, pero hay revuelo. Y es que a los políticos sólo les interesa eso, para poder librarse en las escasas noticias de prensa las estadísticas del consabido fracaso escolar.

Por cierto, yo también suelo escribir mis posts en el bloc de notas y luego los copio al blog. Pero algunas veces, si lo he escrito rápido o por comodidad, lo he hecho directamente. Estos blogs tienen una especie de rádar para distinguir cuando dan más por cucu... Un saludo a todos los que me han comentado (personalizando en Angy, que no tiene blog y le ha hecho mucha gracia lo del baile, y eso que no me conoce, que si no, no articula palabra, jeje. Ah, y cuidado con lo que bebéis :p)

jueves, noviembre 09, 2006

18. I love blogger.com


Y lo amo por razones tan fundamentales como cargarse el post que ayer tenía ya escrito, contando que había perdido el autobús por culpa de una espera de más de tres cuartos de hora, debida a un monumental atasco; refiriéndome a la excursión de la mañana (en un día en que salía dos horas antes) a ver una película basada en una obra de Lope de Vega estrenada no ha mucho, película que gustó mucho a mis compañeras y que a mí me resultó larguísima y con interpretaciones, salvo la de Silvia Abascal, muy flojas (por no decir lamentables, como la de María Vázquez dando vida a una criada que por momentos me parecía epiléptica); y acababa festejando la fiesta (valga la redundancia) que en Madrid tenían y que yo no disfrutaría (y no he disfrutado). Acababa el post (que me había salido largo) diciendo que para rematar la mañana, mi compi de música me proponía bailar merengue o salsa en las jornadas culturales... Por eso llamaba al post 'retrasos, cine y cha cha cha' y venía acompañado de una foto relativa al baile.

Yo que huía de ya.com por estos fallos técnicos... Aunque también tuve mi parte de culpa. Había visto que no iba bien porque no pude dejar comentario a Luis y me había salido un aviso abajo al que no presté demasiada atención. Y no hice copia de seguridad en el bloc de notas. Mea culpa.
Hoy añadir que en este maravilloso día festivo para los madrileños que tienen suerte de trabajar en la ciudad he vuelto a llegar tarde porque en la parada habitual tenían horarios de festivo pese a que allí no lo era y de milagro que he llegado. Nada más.

Gracias, blogger...

PD: ¿a alguien le gusta Perdidos? Hacía referencia también a la serie porque me iba a ver la serie, que creo que no está teniendo buenos niveles de audiencia. La recomiendo. Como también recomiendo, de paso, Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías.

viernes, noviembre 03, 2006

17. ¡Silencio!

13:30-14:20. 6ª hora. 1º A. Niños de 12, 13 años. Una clase mala de por sí, que ya ha sacado de quicio a más de un profesor. Encima venía de dar a 1º B, que sin ser el cóctel molotov que son estos, también son tela fina, sobre todo por culpa de un gárrulo que es un grandullón que con el paso de los días se va atontando cada vez más y dando más por saco y de otro niño que es el Peter Pan versión coñazo del siglo XXI. Más infantil no podía haber salido. El típico ganso (aquí no me prohibiréis que me desahogue, ¿no? :p) que pica a todos los compañeros y martiriza al profesorado. Ambos se han ido con parte. Además, otra que suele portarse bien y mostrarse participativa con la flauta la he tenido que sacar de clase porque no paraba. Castigada sin recreo.

Pero esto no había sido nada comparado con la última clase. Había que sumar lo que valía las redondas, blancas, negras, corcheas y semicorcheas según las variantes, tener otra oportunidad con el examen de flauta y empezar a tocar la nueva canción. Bien, pues era imposible. Pequeños corrillos, juegos varios, peleas diversas, castigados de pie o separados que no arredran, niñas insolentes que te contestan e incluso tratan de vacilarte. Hubo un momento en que paré de hablar y ni se dieron cuenta, tan metidos que estaban en sus guerrillas particulares. Tras varios intentos de reconducir la situación, la clase se volvía a desmelenar cuando intentaba copiar en la pizarra un ejercicio. Así que fin de la clase a un cuarto de hora, diez minutos.

La pena es que mi calma y serenidad no vayan bien acompasadas con mi forma de ser o de dar clase. Lo ideal hubiera sido que, sin alzar la voz, les hubiera comunicado que estaban todos castigados en el recreo y, tras conseguir el ansiado silencio, haberles echado el sermón acerca de su actitud. Pero es que puede conmigo ver esta desgana, este desinterés, este no saber estar en clase, estas réplicas cuando les echas la bronca y te niegan lo que han hecho delante de tus narices o te justifican lo injustificable. Así que os podéis imaginar que la bronca fue a grito pelado. Tiré hasta el bic negro al suelo y me di como tres paseos por el salón de actos para ir calmándome.

Como no se podía dar clase, no se dio. La daremos en el recreo del lunes. Luego, para rematar la cosa, el grandullón de 1º B, en el trayecto hacia el bus, no sé si con la intención de que le oyera, supongo que sí, al pasar a su lado, suelta: "Estarás contento, profe". Estaba lloviendo y llegaba justo al bus, así que sólo me dio tiempo a decirle que no. Si hubiera podido, me habría dado la vuelta y le habría dicho que más contento estaría de que tuviera un mínimo de educación y de interés en el instituto, y que no viniera simplemente a verlas venir. Poco va a estar conmigo este chaval con esa actitud.

(Y respondiendo a usuario anónimo, sólo llevo 2 años (este es mi tercero) dando clases. Por eso aún aguanto, jejeje).

sábado, octubre 28, 2006

16. De la cara de bueno y demás batallas


Así me deben de ver algunos alumnos, como al perro de la foto. Con esa cara pacífica y tranquila (hasta que me pongo a pegar chillidos, claro...). El otro día comento en mi tutoría:

Me he enterado de que con la profesora de ámbito científico tenéis el archivador y el libro preparados encima de la mesa antes de que ella entre. Estoy indignado porque conmigo no lo hacéis.

Y me contesta una de mis alumnas (una de las que más me preocupan porque su nivel de castellano es bastante limitado y eso la condiciona demasiado), en uno de esos arranques de espontaneidad y naturalidad tan característicos suyos, que conmigo no lo hacen porque soy bueno. ¿Habráse visto que esta cara me limite tanto?

Más cosas. Examen de lengua y literatura (la historia, por cierto, promete en los exámenes, es una asignatura proclive a joyas literarias de los alumnos). Pregunta sobre el romanticismo, Espronceda concretamente, aplicándolo a un texto, algo que casi nadie hace porque no entienden que la teoría se pueda aplicar a los textos. Una respuesta es fabulosa:

Porque Espronceda es muy romántico y porque en aquella época todos los escritores eran románticos. Y, para rematar, apostilla en un paréntesis clarificador a más no poder (Edad Media). Sin comentarios... Si no puede estar más claro el Romanticismo.

En el refuerzo, las cosas mejor. Domesticando a las fieras y, como ya he dicho, le daré la oportunidad al chico (Extramoduril) de que le dé clases otro profesor que no le insulte ni le niegue las explicaciones.

Ahora estoy ocupado preparando una guía de lecturas (además de la obligatoria que ya les he elegido, les daré una lista para las lecturas opcionales que suben nota), con pequeños resúmenes para inducirles (o disuadirles) a algún libro. Les he dicho que la ventaja de la opcional es que el lector elige. Si cogen una y no les va gustando, pueden dejarla y mirar otro libro. Les daré las pautas para que hagan la reseña. Y mi otra tarea (aparte de los informes intertrimestrales, un poco tostón, para que los papis tengan su papilla y sepan cómo van los niños) es elaborar unas tablas para ir consignando si están alcanzando los objetivos propuestos. Por ejemplo, miro sus exámenes y si ya distinguen sujeto y predicado, prueba superada; si aún no saben las características de un texto nerrativo, recuperación. También tengo que corregir las actividades de recuperación de historia (sacadas de un libro de inferior nivel para que les sea asequible).

Y para acabar, comentar algo que me ha pasado esta mañana (vida privada, atentos, para que luego no haya queja :p). Habría que empezar a decir algo: gilipollas. Soy un gi-li-po-llas. Cómo me revienta hacer cosas que no valen para nada y cuántas veces acabo incurriendo en este tipo de asuntos. He ido (entre otras cosas) a imprimir tres cuentos (por triplicado) para un concurso literario. Después de recorrer dos copisterías, a la tercera creía que iba la vencida. Pues no, reviso de nuevo las bases y era en letra Arial, no en Times. A tomar por culo saco los 5 euros y las copias. Y lo peor es que había visto lo de la letra y es que se me olvidó cambiarlo...

(Gracias por los comentarios, en especial usuario anónimo, que me lee y no tengo forma de contestarle)

martes, octubre 24, 2006

15. Manipulando


Ha tardado en escampar... Pero no ha sido por la pertinaz lluvia por lo que he dejado un poco olvidado el blog, sino porque entre exámenes, líos y descanso para desconectar no he tenido mucho tiempo.

Hablaré aquí un poco de los líos. Los he tenido con un alumno (aunque bueno, es extensivo en la clase de refuerzo de 2º), el típico que va de graciosete y a todo le tiene que poner algún comentario "ingenioso". Pasó el jueves. Tuve una clase horrorosa donde cada alumno hacía la guerra por su cuenta y la gota que colmó el vaso fue la actitud de este alumno. Me llamó para que le resolviese una duda. Me llamó acortándome el nombre, con una actitud chulesca e irrespetuosa. Así que le dije que sacara su agenda. Ante esto, se puso como un basilisco. Se levantó (supongo que con la intención de sacar la agenda) y mientras hacía eso gritaba e insultaba. "Joder" y otra palabrota que no recuerdo. Le eché de clase y le dije que se fuera a jefatura, que el parte se lo pondría luego.

Eso pasó el jueves pasado. Este lunes me encontré con las consecuencias. Me llamaron los jefes de estudios para hablar conmigo. Me pusieron al corriente de una situación. Un poco tarde, pero más vale tarde que nunca. Por lo visto, estoy sufriendo las consecuencias de la desidia de un profesor del año pasado que en el refuerzo se tocó las narices. Piensan que refuerzo es igual a no hacer nada. También me dieron consejos para la clase y de paso me dijeron que la madre del niño había dicho que yo le había insultado y que no le había querido explicar una cosa, diciéndole que copiara sin más.

Claro, aquí te quedas a cuadros. El insulto, si hay que encontrarlo por alguna parte, fue el siguiente: "payaso". Le llamé payaso, según él. Y se lo llamé, claro. Pero en un determinado contexto: él haciendo de todo menos lo que debía, mostrándose como una atracción circense. Ante eso, le comento que deje de hacer payasadas, que eso lo hacen los payasos. Si sigo con el argumento, quien hace payasadas es un payaso. Y siento usar ese término y que se sientan ofendidos Miliki, Fofó, Fofito y todas las familias de payasos del mundo. Lo siento mucho.

Respecto al segundo punto, sigue la manipulación: vale que le dije que sólo copiara, que no le explicaba nada. Pero hay que puntualizar que ese niño es de los que aún no han comprado los cuadernillos obligatorios para la asignatura; que les doy fotocopias para que no se pierdan y hagan cosas, pero en ese preciso instante estábamos haciendo los ejercicios del cuadernillo que estaban en la página anterior; le dije que sólo lo copiara porque íbamos a llegar a su altura en cuanto termináramos la otra página, que esperara.

En fin. Que ese alumno hoy está ya expulsado y descansaré un par de días de él. Se ha notado un montón, he podido trabajar fenomenal hoy. A lo mejor esa madre que concede crédito a un niño maleducado (ya tuvo una con la profesora de lengua, señalándole con el boli, cual un Aznar cualquiera, al escote) y, por lo que se ve, mentiroso, debería preocuparse más por que su hijo lleve el material (está avisada con agenda y luego parte) y por que permita a sus compañeros el derecho a recibir clase.

Actualización, (26/10): mis problemas se van a acabar. En la reunión de tutoría se dijo el número de alumnos que teníamos en los distintos refuerzos. Resulta que mientras que yo tengo 15, mi compañero tiene 7. Así que ya hablaré con él y compensaremos. Mientras que a mí me fueron añadiendo monstruitos por los cambios y diversos errores en secretaría, se ve que a él se los han ido quitando para llevárselos al refuerzo de mates. Claro que podía haber dicho algo, así él decía que bien cuando le preguntaron qué tal y yo dije que espantoso... El del suceso (iba a llamarle por la canción de Extremoduro; Zu, me he sentido identificado cuando dice al principio "puede que levante la voz", jajaja), por supuesto, para evitar que cometa "injusticias" con él se irá al otro desdoble.

martes, octubre 17, 2006

14. ...Y la lluvia trajo a los papis


Tras la ventana del autobús, este (ver foto) era el panorama de hoy. Esto y el atasco consabido cuando caen cuatro gotas (que en este caso han sido más, pero bueno). Supongo que en muchas ocasiones esta estampa puede resultar deprimente. Pero con lo poco que hemos visto el agua últimamente, no importa sacrificarse y acabar empapado hasta los huesos por más chubasquero y más paraguas que hayas llevado encima. Claro que seguro que si sigue lloviendo, a los dos días tendremos gente (mi hermana mediana, sin ir más lejos) que protestará porque llueve y se moja (agáchate y vuélvete a agachar, etc.). Por mí, que esté lloviendo tres meses sin parar. Para que así tras ver la situación límite que hemos vivido sea algo paradójico cuando veamos las compuertas de las presas abrirse porque no dan más de sí. Esto, en definitiva, es el ciclo de la vida. O no llegar o pasarse. Nunca el término medio.


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¿A este qué coño le ha pasado?

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Tras las disquisiciones (motivadas sin duda por el hecho de haber tenido claustro + reunión con padres) sobre la lluvia, volvamos al post.

Tras las clases, la comida en el insti (buena) y claustro. Sin palabras. Y luego, el plato fuerte. O el trago fuerte, como dice Leia: padres. Si ya me habéis leído antes, sabréis lo que me gusta el trato con los padres (aunque no sé por qué digo padre, si 8 ó 9 de cada 10 son madres, habría que cambiar el título de "Reunión de padres" por el de "Reunión de madres", los colorines sexistas van aposta, que hoy tengo ganas de tocar un poco las narices, jeje). Si no me habéis leído, ya sabéis: odio estas reuniones.

Con la lluvia había apuestas de que no habría ni dos filas en el salón de actos (aquí han hecho una presentación previa y luego nos hemos llevado a nuestros respectivos rebañitos, digo, progenitores de nuestros respectivos rebañitos), pero ha sido lo contrario. Los padres parecían setas. Al menos allí todos juntos.

Yo he batido el récord. El primer. En acabar, claro. Aparte de mi habitual concisión y laconismo, de que voy directamente al grano (sin preliminares, vaya), también influye el haber contado con cuatro madres. Lo mejor es que ha venido la madre del que más me interesaba, de los pocos que no suele hacer nada en casa. Está propuesto, con el beneplácito de la madre, para asistir a los apoyos vespertinos que ofrece la Asociación de Padres (A.P.A.) a través de alumnos de bachillerato que se ofrecen a ayudar a los de la E.S.O. ¿Y los que no han venido? Teléfono rojo, volamos hacia Moscú. Tendrán noticias mías...

(Sigue lloviendo... Y mi hermana no ha esperado al segundo día de lluvia para quejarse...)

viernes, octubre 13, 2006

13. Cómo estar descompuesto en el instituto y no morir en el intento (de dar clase)


Haciendo gala de un título muy almodovoriano (válgame el palabro inventado), el hecho es que pasé el miércoles (miércoles-viernes, y siento el paréntesis, parece que lo he puesto con la intención de dar envidia, pero ya sabéis -y si no, lo intuís- que ha sido algo casual) una mañana horrible, empezando en el metro, donde pensé que no llegaba a mi estación para contarlo (para contarlo sin un regalito en el asiento).

Corriendo, primer bar que pillo (en vez del acostumbrado autobús) y salvado por los pelos. Pensé que sería algo circunstancial, pero tras la primera clase, los mismos síntomas; síntomas que sólo podían subsanarse en el retrete. No enumeraré las veces que tuve que hacer uso de este procedimiento, baste con imaginar lo mal que lo pasaba cuando el timbre tardaba en sonar.

A segunda hora, tras llegar un poco tarde por lo ya referido y perder la llave del aula-salón de actos de música (si hay algo que sale mal, tranquilo, que puede ir a peor), las niñas me vieron más serio de lo habitual. Me preguntaron si estaba triste. No, bonitas, simplemente me voy por la pataabajo, me duele la tripa.

El caso es que pasé uno de los peores días dando clase que recuerde, completando una semana que, aunque corta, con las evaluaciones iniciales (útiles, pero a veces demasiado tempranas y perdiéndonos en cosas no demasiado importantes) ha sido bastante intensa.

Ya para acabar, y aunque no tenga mucho que ver con lo anterior, quería referirme a dos de los pilares de los institutos: la directiva y orientación. En este centro parece que funcionan los dos, aunque de dirección y jefatura poco puedo decir, pues habré cruzado tres palabras con ellos en lo que llevamos de curso. Y de orientación, me sorprendió que tuviera una reunión con una de las orientadoras para ponerme al día de mis alumnos de diversificación. Me sorprendió porque venía de un centro donde la orientadora era una mujer más vaga y caradura que yo qué sé y desde luego en ningún momento la palabra que hace referencia al departamento que ocupan, orientación, me sirvió a mí. Y creo que a nadie, pero bueno. Con esto quiero decir que aparte de la zona en que te encuentres, una buena dirección y un buen departamento de orientación ayuda mucho.

domingo, octubre 08, 2006

12. De entre todos los días tenía que tocarme el mío


No suele fallar. Parece que mis directivas cuando se juntan para decidir reuniones dijeran algo así:

¿Cuál es el día que más le fastidia a Julián?

Y lo eligieran, claro.

El año pasado mi día bueno era el martes. Raro era que hubiera reunión para evaluaciones, claustro o similar y que no cayera en martes.

Este año mi día bueno es lunes. Cuando lo vi pensé, iluso de mí: "qué bien. Los lunes no hay reuniones". Peeeeeeeeeeeero, me equivoqué. Sesión de evaluación 0 (inicial, aunque aún no tengas demasiados datos sobre los alumnos, pero bueno, todo sea por tener a los padres informados y, por tanto, contentos). Lunes y martes. El martes da igual, pero el lunes salgo a las onceeeeeeeeee...

En fin, adelantaré tareas, conoceré la zona, inauguraré la cafetería, que no la he pisado porque no paro...

A otra cosa, butterfly... Luis (¿le has cambiado la cara a tu blog, no?, que ahora al entrar para poner el enlace casi no te reconozco) me comentó en un post anterior que tratara el tema del acoso. Bien, no soy muy experto en el tema, no me he encontrado demasiados o si me los he encontrado no me he dado cuenta. Es muy difícil, sobre todo en cursos con un mínimo, por lo general, de veinte alumnos, que les puedas dar una atención personalizada como sería de desear. Dar tu materia, atender los asuntos de disciplina y luego ser capaz de advertir que alguien está siendo perseguido. Es como lo de la atención a la diversidad, no tenemos mil ojos ni mil brazos, así que de momento es complicado resolver los problemas sin ayuda.

Siempre que veo algo raro, trato de pararlo de raíz. Le pongo las cosas claritas al posible acosador y animo al posible acosado a que no lo calle y lo denuncie. Primero al jefe de estudios. Luego a sus padres. O viceversa. El otro día en el refuerzo tuve que separar a una niña porque estaba como amedrentada. Y le dije, mientras repartía fotocopias, que si le hacían algo, que no se lo callara y me lo dijera. Al rato siguiente, en el descanso, la vi con sus amigas quejándose al jefe de estudios. Pero ya digo que casos graves no he tenido, salvo la batalla constante de dos grupos de niñas en mi primer año, que cuando más trataba de solucionar, más se liaba. Lo único que se me ocurre en estos casos es que como tutor les des la confianza suficiente como para que te cuenten las cosas que les pase y mostrar interés.

Y respecto al acoso que sufrimos los profesores, cada vez se escuchan más barbaridades. Por suerte a mí no me ha tocado padecerlo demasiado salvo el típico pulso que te mantienen a principio de curso o el imbécil de turno que suele obviar tus instrucciones para sacarte de tus casillas. Así que contestando también a capeando el temporal (muchas gracias por leerme y recomendarme), yo al principio creía que no podías dejar de ser como eras, pero me he dado cuenta de que más a menudo de lo deseable tienes que ponerte la máscara de intransigente y no pasar ni una para que haya un clima adecuado en clase. Lo conseguí en 2º, por ejemplo, el jueves, pero con los primeros, que quería que hubiera mejor rollo y más tratándose de que doy música, disciplina dada a que haya más distensión y entretenimiento, me voy a tener que poner en plan sargento, ya veré cómo porque estos peques son inquietos de por sí y veremos si me sale, que puede que ya sea demasiado tarde.

Me cuesta dar consejos porque todo esto hay que irlo descubriendo día a día y yo soy el primero que está dispuesto a escuchar sugerencias, como la que me dio el tutor de ese segundo.

Domingo, 8:01 de la mañana. Todo está silencio. El amanecer se infiltra lenta, secretamente. De repente, unos gritos proferidos desde mi cama: ¡Toma, toma, tomaaaaaaa! Schumacher acababa de romper el motor...

Por cierto, ¿alguien sabe algún enlace donde me puedan venir aspectos como cuánto costaba una entrada de cine en los años 60, o aspectos del día a día de entonces?

jueves, octubre 05, 2006

11. Recordando lo que es salir satisfecho del insti

¿He dado una clase magistral y los alumnos se han quedado boquiabiertos y han aprendido lo que en tantos años de retraso por culpa de malas realizaciones (sin presupuesto) de la ESO?

No...

¿He pegado tres gritos y me he quedado más a gusto que nadie?

Eso lo hago todos los días, no tiene mérito No, con lo tranquilo que estoy yo este año...

¿Estoy que lo tiro con la música, y ya distingo a la primera un xilófono (que cuando es de metal se llama metalófono, y no me estoy cachondeando de nadie)? Ya era hora de reconocerlo, claro... Pero tampoco, esa no ha sido la razón.

La razón, aparte de que hay días mejores y días peores, días en que estás espesito y sales diciendo "vaya mierda de clase he dado" y otros en los que a lo mejor no ibas con demasiadas buenas sensaciones y vas, te inspiras y te sale todo bien, es que en el refuerzo de 2º los he tenido en mi mano. Y casi sin pegar gritos.

Así como el pasado jueves todo se me vino encima (asignaturas que no son mías, cansancio por las seis horas seguidas, acabar viendo pegas en todo), hoy ha sido todo lo contrario, y eso que el día empezaba medio torcido [de hecho, iba a titular el post como "Aún no tengo asumido que soy funcionario" o "Funcionario, pero idiota"] porque pasé casi toda la noche en blanco por un dolor de estómago, una especie de virus que empezó en mi hermana y que por la noche continuó en mi padre y conmigo. A punto estuve de no ir porque me encontraba débil y medio mal siendo finos. Pero fui y me alegro de haberlo hecho.

Les he pedido las agendas a los de 2º. Casi la mitad no tiene aún los libritos para el refuerzo y el martes ya les puse un aviso en la agenda para que sus padres tuvieran conocimiento. Los que hoy no me han entregado la firma de los padres en la agenda y no tenían los libritos, tendrán parte. Y no lo tuvieron en el momento porque aún no me he hecho al funcionamiento de este tipo de cosas y tendré que hacer copias.

No sólo por eso les he controlado. Es que además son un grupo apestoso, son unos malencarados y muchas veces desagradables, sin parar de hablar o de hacer comentarios graciosos. Ahí los he parado de raíz. He sacado a uno al pasillo y cuando otro estaba riendo la gracia que había propiciado la salida, le he dicho con un tono serio, gélido, que me pasara la agenda, que ya que las tonterías le provocaban risas a ver si le hacía la misma gracia llevarse un recado a casa. Silencio sepulcral. Y por fin he podido corregir ejercicios. Y eso que me han endosado a otra joya y ya tengo quince. He salido de allí sabiendo que les había dominado. Y qué bien sienta. Pero hay que seguir atentos. A cada instante te prueban y no puedes dar síntomas de debilidad (como perdonarle el parte porque han olvidado la agenda, a no ser como uno que ha copiado los enunciados y los ejercicios íntegros como dije). Además, a estos que repetidamente no están trayendo los libritos, van a copiarme al pie de la letra todo lo que hemos hecho o si no, parte y expulsión. A tomar por culo, coño. Necesitaba reafirmarme, ea.

Con lo tranquilo que yo soy y el ambiente distendido que suelo propiciar. Que unas risas no vienen mal (como a última hora, vaya sesión han tenido, si han salido casi llorando, que les decía que en casa iban a pensar que les habían dado una paliza), siempre que sea con respeto y trabajando. Y la verdad es que odio esta tensión, pero te obligan a veces. Y si al principio de curso no te pones las pilas, te las ponen ellos a ti. A ver si me dura...

Y luego, encantado con los primeros, a pesar de dar música. Tengo un séquito de enanas que me hacen mucha gracia, ya contaré.

(No me olvido de los temas pendientes; para el próximo, Luis. Y gracias de nuevo, esta vez sobre todo a Ambrosía, por los enlaces que miraré. A todos en general).

lunes, octubre 02, 2006

10. Xilófonos

En la clase de música pongo positivos a quien salga voluntario a tocar algo. Lo habitual suele ser la flauta. El viernes, una niña tocó el piano (tiene otro nombre, pero viene a ser eso, que tiene teclas y es grande). Lo habitual.

Pero el viernes otra niña me dijo que ella sabía tocar el xilófono, que si tenía uno.

El aula de música es el salón de actos del edificio donde se imparte la formación profesional. Hay dos armarios, uno cerrado (no va la llave, a ver si recuerdo decírselo a mi compi) y otro abierto, donde está el equipo de música y algunos cachivaches más.

Mira a ver en el armario. Si ahí no hay, no tengo, le respondo. Miramos los dos y le digo: Pues no, lo siento, no hay. La niña me mira sonriendo y, como si le estuviera vacilando, me contesta: ¿Ah, no? ¿Y eso qué es?

Sí. Esos chismes que no había sabido reconocer eran xilófonos...

Tengo pendientes algunos temas de comentarios anteriores. No me olvido de ellos

jueves, septiembre 28, 2006

9. Dos semanas y ya el aburrimiento


Antes de nada, quería dar las gracias por los consejos para la clase de música (especialmente los de Kotinusa y Evoluciones). En cuanto tenga un poco de tiempo, los llevaré a cabo. Aún estoy hasta arriba de hacer fotocopias y todo eso.

Si no estoy como el felino de la foto en clase, se debe a mi gran entrenamiento para bostezar para dentro, pero por ganas no me quedan.

No me encontraba del todo a gusto en el nuevo instituto y no sabía por qué. Tardo menos en llegar y en volver, los alumnos son bastante decentes, los compañeros parecen majos, pero... Pero nada, me aburro como un hongo.

Siempre hablan de que hay que motivar a los alumnos, pero ¿y a los docentes, quién nos motiva? ¿Puedo estar motivado ante el hecho de que gran parte de lo que tengo que impartir no es de mi especialidad? Geografía, historia, música. Todo eso me asalta cuando abro el casillero. Y el refuerzo, que son cuadernillos para hacer ejercicios, y que debido al comportamiento de la mayoría de los niñatos se convertirá en un Calla y copia lo que te dicte, aunque sean las respuestas del ejercicio. Y el nivel en diversificación de lengua es lo que es.

Eso sí, lo que estoy llevando peor es lo de andar todo el tiempo con fotocopias. Ante la falta de libros para diversificación, he optado por fotocopiar todo cuanto cae en mis manos y así me manejaré en clase. Eso tiene mucho trabajo, lengua de 3º, de 2º para casos que no lleguen a los mínimos, geografía; lengua de 4º, ortografía, historia... Un soberano tostón.

A ver, chicos, copiad las siguientes notas y escribidlas en el pentagrama. Digo unas cuantas, entre ellas el do. Llega un momento peliagudo:
¿Do agudo, o do grave?
¿De qué coño me está hablando? El que tú quieras...
(Luego ya me enteré de que agudo es arriba y grave abajo...)

Perdonad por no haberme pasado por vuestros blogs. Estoy algo saturado y eso que no he empezado el curso que se supone que tengo que hacer. Pero sacaré tiempo.

sábado, septiembre 23, 2006

8. Balance de la primera semana

En términos generales, bien. He mejorado con respecto al tiempo que tardo desde mi casa al instituto (sobre todo lo noto los días que salgo a las dos y media, ya que en una hora ya he llegado) y los alumnos así en general me parecen bastante majos (salvo alguna excepción, como en 2º, con una figura destacada que marcaré de cerca desde el principio).

Siendo un poco más específicos, reseñaré:
  • Aceptable frecuencia de autobuses, aunque cuando salgo antes de la última hora he tenido que esperar demasiado (estudiar esos horarios para evitar prisas o pérdidas desagradables).
  • La clase de 4º div está un poco abarrotada porque es pequeña, estamos a tope. He pasado una especie de test para ver el nivel y sobre todo en literatura están fatal. Aún no he empezado con la historia. Conseguí el libro ayer. Uno normal, no el de diversificación, que a ver cómo consigo adaptarles. La parte de lengua más o menos la tengo perfilada, con fotocopias con las que ellos harán su libro.
  • Mi tutoría (3º div) tiene muy buena pinta. Ayer llegó una nueva. Priman los tímidos sobre los que tienen más desparpajo. Hay un posible caso de objetivo de burlas, que tendré que vigilar bien. Buena predisposición al trabajo, nivel aceptable de escritura y lectura. Me falta conseguir las fotocopias de lengua, pero también tengo perfilado el plan a seguir. En geografía quiero cambiar el método de leer libro y hacer esquemas, me aburro un montón.
  • El refuerzo de lengua de 2º, pese a que son sólo 13, son los que más desgastan. Tenemos el típico repetidor que juega a ser payaso y bufón de la clase, que por supuesto le ríe todas las gracias. No quiero que hable, es de los típicos que te revuelven las tripas por su chulería y falta de educación (ejemplo: Yo. Cámbiate aquí [1ª fila]. Niño. ¿Por qué? Porque me sale de los huevos, no te jode, y obedece o te suelto tres galletas y te quito la cara de tonto'lculo que me estás poniendo. Yo. Porque te lo digo yo y punto. Me revienta ese tipo de cosas (¿se nota?...).
  • Los primeros de la ESO son chiquitines, incluso los repetidores. Te plantean otro tipo de problemas, como que se distraen, que juegan, que se aburren, que le tienen un odio exacerbado a Mozart... :s Les puse ayer reggeaton (mi compi me ayuda un montón y me consiguió cd's de Mozart y algo más actual), pero si no es del día de ayer les parece pasado de moda. Y Mozart... Bufff... Que se cierran en redondo. Eso sí, cuando quedaban un par de minutos, conseguí un gran logro: Vale, veo que odiáis al gran Mozart. Bueno, pues gracias a él podéis conseguir una cosa. Si gritáis todos a la vez, "Viva Mozart", os dejo salir ya. Así que puedo decir que he conseguido que le griten viva a Mozart.

Anécdotas:

  • Mi taquilla casi llega a la mitad por el número de libros que hay dentro: los de lengua, los libritos del refuerzo, el de historia, el de geografía, el de música...
  • 1ª clase de música. Estamos con la intensidad, sonidos forte y piano. De repente una dice algo del mezzoforte, preguntándome. Podías estarte calladita, bonita No, eso no va ahora, salgo medianamente del paso. ¿Estaría demasiado mal prohibir que hagan preguntas? Los presidentes de gobierno y estrellas mediáticas de fútbol lo hacen y nadie dice nada...

PD1: gracias por las sugerencias para el tema del año que viene. La de la peli me ha gustado mucho; lo del tema libre, tengo comprobado que les bloquea. Cuanto más tengan que pensar, peor... Además, que lo suelo hacer a lo largo del curso.

PD2: no entiendo por qué cuando previsualizo salen los puntos en los que he clasificado tanto las anécdotas como las cosas a reseñar...

miércoles, septiembre 20, 2006

7. De estreno musical



También ha habido estreno no musical, pero más o menos es lo de siempre con las típicas variantes que cada grupo de alumnos te ofrece. Pero en general, ya digo, más o menos lo de siempre y hasta el metro, pese a sólo tener tres paradas, ya hoy ha tenido avería y he llegado por los pelos. Para no variar tampoco, sigo con mis despistes: he perdido la hojita con las anotaciones que mi compañera de música me hizo y hoy me he llevado a casa el parte de faltas de mi tutoría (se acabó el chollo del tamagochi, vuelta al papel con las dichosas faltas) que debe quedarse en clase. Y claro, sigo indisolublemente unido a mis manías ortográficas:

- ¿Ti se escribe con tilde o sin tilde? Vale, no se puede confundir con ninguna otra palabra, así que ya sabemos que es sin tilde. Así que como vea un ti con tilde, lo copiará 500 veces.

Pero ha sido hoy cuando ha empezado de verdad el curso, olvidándome de los del refuerzo de lengua ayer, que vaya angelitos. ¿Mordazas no tendréis por ahí? (Tengo que quedarme con lo bueno, que sólo jueves y viernes tengo jornada completo y mi horario es muy llevadero; y tengo a Ana al lado).

Con la música a otra parte: al salón de actos del edificio de al lado, el de los ciclos formativos. Me he sentido el flautista de Hamelín (tengo que buscar una flauta, por cierto) cuando les he acompañado de la clase allí, con mis ratoncitos siguiéndome. Aunque bueno, en el cuento no van delante del flautista y éste no se confunde al salir...

Ha sido sólo el inicio y trataré de hacer la asignatura lo más entretenida posible porque el primero que se aburre como un hongo con la teoría soy yo... Mañana tendré mi otro primero. Eso sí, que los apuntes no me falten.

Y ya por pedir, que me traigan los libros de diversificación de 3º y 4º. Sobre todo este último. De geografía ya tengo, pero de historia no sé apenas ni el temario y así es bastante complicado.

PD. ¿Alguna sugerencia para que el año que viene, cuando les mande la primera redacción, no trate de las vacaciones? ¿Algún tema distinto? ¡Gracias!

sábado, septiembre 16, 2006

6. Dudas ¿resueltas?


0. Tengo una buena noticia. Un buen horario, creo. Salvo los jueves y viernes, que entro a primera y salgo a las dos, el resto muy bien. Paso ya a las dudas.

1. Maki preguntó en un post anterior (puede que incluso en un blog anterior) qué era eso de estar en fase de prácticas. Bien, trataré de explicarlo:

........
.....
...
.

Vale, no puedo, aún no me he enterado mucho de cómo va esto. Lo importante es el rótulo de delante de la palabra "en prácticas" (que dura 6 meses, pero a efectos reales el curso entero): funcionario. Hemos cambiado lo de interino por funcionario. Así que da igual que pese a llevar dos años dando clases tengas que hacer una memoria o asistir a un cursillo para que te consideren "apto". (Ah, Dani va bien, aunque se ha lesionado y no creo que pueda ganar el mundial este año).

2. Leia (suerte en el arranque del curso; y queremos blog ya, he visto que ya tienes nombre) en el anterior post hablaba de claustros y de horarios. Aunque nunca he visto eso de la bolsa que contaba (¿?), lo que es un espectáculo ver a la gente en un claustro en el que se va a entregar el horario. Sobre todo con los cabreos de algunos (muchos de los cuales suelen quejarse con horarios que más quisieran muchos). También me parece curioso que el director en los claustros y en todos los centros tenga que pedir en repetidas ocasiones silencio. Muchas veces detestamos que hablen los alumnos en clase, se lo reprochamos e incluso comentamos la falta de respeto de las nuevas juventudes y en cuanto podemos, a charlar con el amigüito de al lado... Incomprensible, pero cierto (sobre todo cuando eso supone que saldremos más tarde). [Entra en apartado de dudas porque lo de la bolsa para los horarios ha sido una duda para mí]

3. Istharb ("Pero como bien dices, poco a poco, aunque ese flotador, no se yo, eh??", me alegra comprobar que la mala memoria no es sólo exclusividad mía :p) en el anterior post me ha preguntado si diversificación (diver para los amigos) es lo mismo que garantía social. No. Garantía social es una alternativa a la secundaria, para los que no se adaptan y más bien dan mucho la lata (estoy siendo suave). Es más parecido a la formación profesional, en plan enseñarles a trabajar. Pero versión dura. Para chicos malos.

4. Nuria (bienvenida) me pedía "consejos" y no creo que sea quién para darlos, seguro que lo haces muy bien y te vas defendiendo. Vive el día a día y disfruta del tú a tú con los alumnos, que te darán un montón de cosas, sin más. Lo importante es que tus compañeros este año te apoyen y poco a poco te irás creyendo a ti misma que de verdad eres profe. Al principio, eso sí, prepara muy bien las clases para ir lo más tranquila posible. Si tienes alguna duda, por aquí me tienes.

5. Diegodelmar (muchas gracias por estudiarte los dos blogs, no te preguntaré nada porque seguro que yo me acuerdo menos que tú, jeje) preguntaba a qué era debido que no contase nada sobre mi vida privada. Algo he contado, creo (hay que leerse mejor las preguntas...), pero en mi blog lo que interesa, o lo que es mi prioridad, es narrar mis vivencias en el instituto. Lo que hago de profe, no lo que hago de puertas para adentro. Me parece muy bien los que deciden hacer diarios personales y cuentan sus vidas, pero yo en ese sentido soy muy pudoroso o introvertido, como se quiera ver. Además, creo que es más interesante aportar la perspectiva de lo que es un profesor (todos hemos sido estudiantes y puede resultar curioso ver lo que ocurre en el aula desde el otro lado) que lo que me pueda ocurrir en mi vida "privada". Vamos, que he nacido para ser un famoso perseguido por paparazzi...

jueves, septiembre 14, 2006

5. Porque la vida puede ser maravillosa...

... como dice el histriónico Andrés Montes. Te olvidas de las agujetas, los músculos sobrecargados, las pellas del día de ayer (juro que no vi que había reunión de tutores), los extraños horarios de autobuses, que te devuelvan un Pc impoluto y no pueda acceder a Internet...

Te olvidas de todo eso y tratas de disfrutar del brillante y casi otoñal atardecer, con los oblicuos rayos de sol, más rojizo que de costumbre, entre los nubarrones que amenazan con tormentas pero éstas no llegan a producirse.

Porque...

¡Por fin he llegado a tiempo al instituto! Me ha costado, he salido con una hora y tres cuartos de antelación y media hora antes de las 10:00, hora prevista para la reunión con los alumnos de 2º ciclo. Pero oye, y lo orgulloso que estoy...

¿Los alumnos? Bien, gracias... Sólo he conocido a los de mi tutoría de 3º. Tengo a 8, cuatro chicas y cuatro chicos. Simplemente les he dado las agendas y me he presentado, poco más. Lo peor ha sido lo que me ha costado encontrar el aula. Primero mirándolo en el plano (mi visión espacio-temporal y la nada vienen a ser lo mismo), luego perdiéndome por el centro y por último liándome con las explicaciones que me daban.

Después de eso, mi compi de música me ha estado dando las primeras clases. Lo que voy a tener que dar (líos de notas, silencios, y demás historias), cómo darlo, consejos, sugerencias. Que si flauta, que si les ponga música (clásica a poder ser para irles iniciando en la buena música, no en el chunda chunda o en el reggeaton), que si ellos traigan algo, que si bailar merengue...

[¡Ja! ¿Bailar yo? Si me va a costar aprender cosas de música, imaginad lo que puede ser que me traten de enseñar a bailar, con el ritmo que yo tengo].

Nihil me preguntó por la diversificación. Digamos que es la última oportunidad de titular para los que no llegan por más que se esfuercen (los cortitos, como mal y vulgarmente se dice). Luego es cierto que entran en el programa gente que no es de este perfil y hay la conciencia de que es un "coladero" para titular por la gorra, pero no es tan fácil, se analizan los casos tanto por parte de Orientación como de la Junta de Evaluación.

De nuevo, muchas gracias por vuestros comentarios. Quería detenerme un poco más en cada uno, pero el post me va a quedar demasiado grande. En otro que no me extienda tanto, lo haré.

Aviso importante: si aún no habéis caído, evitad ver Alatriste. Qué malaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. No tiene guión, Alatriste es un fanfarrón, no hay personajes, se malgastan muy buenos actores y las mujeres aparecen retratadas como lo peor de lo peor. Eso como un pequeño avance de esta sucesión de batallitas inconexas de lo que es esta decepción de peli.

Y para acabar, frase dicha tal cual por Sito Pons sobre Dani Pedrosa que apunté viendo la retransmisión de la carrera de motogp del domingo: "Ver el culo de Rossi le absorbe como un aspirador". ¿En qué estarían pensando estos guarros?

martes, septiembre 12, 2006

4. No dar pie con bola


Vale, los comienzos nunca son sencillos. Hay un cierto periodo de adaptación en el que puedes equivocarte. Diríamos que ensayos. Llego tarde porque no conozco los horarios y la frecuencia de paso de los autobuses es penosa algo deficiente. Un claustro y una reunión y un denominador común: llego tarde.

El caso es que entre unas cosas y otras, aún apenas he entablado contacto con mis compañeros. Ni con los nuevos, con los que debería haber empatizado antes que ninguno por eso de estar en una situación común. Por cierto, qué vergüenza entrar en una reunión casi a punto de acabar. Faltó sentarme y que los demás se levantaran. Al menos resolví, pidiendo un breve resumen a la jefa de estudios, la pregunta más importante: ¿dónde está la cafetería? ¿qué tal son los alumnos? (Vale, pregunté lo del tachado y aún no sé a qué tipo de alumnado me enfrentaré...).

Y ya que estamos con lo de no dar pie con bola (y, como veis, no me estoy refiriendo a la selección española de fútbol), podría hacer extensiva la situación a una etapa nueva en mi vida: adiós, sedentarismo; bienvenidas, agujetas. Sí, uno de mis propósitos del nuevo curso era apuntarme al gimnasio (otros son retomar la escritura, mejorar mi penoso nivel de inglés y buscar casa, pero paso a paso). Moverme un poco. Bajar el flotador... Empecé ayer. Después de montarla con la llave de la taquilla y el euro y tras perder la tarjeta de socio, me puse en marcha.
No tendrás agujetas, como mucho en los abdominales, me dice el monitor. Vale, este dolor intenso y agudo en la zona del brazo-antebrazo derecho, que no me permite estirarlo del todo y que me ha despertado a las 7 de la mañana puede no considerarse como agujetas, pero además mentía. Y hoy más. Ya se sabe: agujetas con agujetas, se quitan doble de agujetas.

PD: en el siguiente post, trataré de explicar lo que es el 3º (y el 4º) de diversificación, nihil. Sonia, muchas gracias por la suerte enviada. Muchas gracias a los demás por los comentarios.

viernes, septiembre 08, 2006

3. Cuando las caras te son extrañas

Como un niño que va por primera vez a la escuela y descubre aterrado que sus padres le han dejado solo en un sitio inhóspito y extraño, pero sin padres que te lleven de la mano y con algo más de madurez (sólo algo más...).

Como un oficinista al que le trasladan de planta, haciendo exactamente lo mismo pero separándole de sus compañeros, de su pequeño hábitat conocido y seguro.


Sé que debería hacer otra comparación para dejar la enumeración en el mínimo decente, pero no se me ocurren más ejemplos y creo que para el caso es bastante ilustrativo. La primera vez que... (nooooo, no vamos a tratar temas de programa de Lorena Berdún), siempre es difícil. Y la experiencia lo es aún más para alguien tímido como yo. Sé que debería estar acostumbrado porque es la tercera vez que me pasa, pero no...

También la situación ha sido complicada. Aún no le tengo cogido el punto a los horarios de los autobuses y pese a salir de casa a las 11:15 he llegado casi a la una y diez, así que en teoría llegaba tarde al claustro, aunque ha empezado con más retraso aún. Me he sentado en una silla y he esperado a que comenzara sin abrir la boca. No soy de los que enseguida pregunta o suelta algún comentario o entabla con facilidad una conversación. Más bien al contrario, aunque me voy soltando con el tiempo.

El claustro lo típico, aunque al principio estés más pendiente por aquello de la novedad y porque te nombran al ser nuevo. Luego ha llegado el momento de reunirse con los departamentos para decidir los grupos que querías y pedir las horas que te gustaría te dejaran libres (prefiero salir antes que entrar temprano). Poco tenía que decidir yo al tenerlo todo decidido. Aquí venía el problema: ¿dónde me meto yo? ¿En el departamento de lengua, en el de música, en el de desorientación?

Por fortuna, no he tenido que elegir. La montaña ha llegado a Mahoma, como quien dice. Primero la de música, que me ha dado a elegir entre dar 1º de la ESO o 4º (por aquello de que el programa de los mayores era más tipo música actual, música de cine, radio, etc.), pero he optado por los enanos. A los mayores sería más difícil darles el pego. Y la flauta oye, tampoco tiene que ser tan difícil (por cierto, nada de coñas con eso de tocar la flauta, que alguna ya ha habido...).

Después me han buscado las compañeras del departamento de orientación y me han llevado al departamento (de momento la distribución del instituto me resulta similar a la del anterior instituto, aunque más pequeño y sin ese olor indefinible que le caracterizaba a mi ex) y ahí he asistido atónito a... ¡la tercera guerra mundial! No me preguntéis qué ha pasado porque no me enteraba de nada. Un hombre de barba discutía acaloradamente sobre todo con dos mujeres, aunque le llevaba la contraria a todo bicho parlante. Parecía que se odiaban a muerte. La jefa de departamento (no la orientadora, algo que me ha parecido curioso) a ratos trataba de mediar y de avanzar llegando a acuerdos, que han llegado tras pegarse unos cuantos gritos y transcurrir un largo tiempo. A ratos veían mi cara de susto (yo callao como un puto muerto) y decían que en el fondo se querían mucho, pero que todos eran muy vehementes. Y yo pensando que a mí me daba igual mientras a mí no me cayera ninguna hostia...

De ahí he pasado al departamento de lengua, donde tengo dos horas de refuerzo (ah, soy tutor de nuevo del 3º div y también daré el ámbito de 4º; de hecho mi plaza es de ámbito sociolingüístico) y que serán con las que haga las prácticas (ni idea de lo que hay que hacer; creo que un curso además de una memoria; la jefa de departamento, quien me revisará las prácticas, tampoco sabía lo que había que hacer). He estado poco y al final será un refuerzo de 2º y por lo que parece, con un curso “facilito” (o si no, no lo llamarían el grupo de los bandarras...).

Y poco más. El lunes tengo que ir para alguna reunión que otra. Ya iré contando. Espero que poco a poco dejen de resultarme esas caras extrañas y vaya familiarizándome con ellas.

jueves, septiembre 07, 2006

2. Reclamaciones y despedidas

Se abre el telón. Se ve a unos diez profesores sentados en una mesa alargada leyendo un papel escrito por un alumno de 2º de bachillerato que argumenta (bueno, "argumentar" es una palabra que hasta podría resultar una broma) lo siguiente:

- Ya sé que el examen está suspenso, pero apelo a su buen corazón para que tenga en cuenta mi situación. Tengo 21 años y quiero irme a Sevilla a estudiar un módulo y sólo me hace falta aprobar esta para poder seguir con mi vida adelante.

Sólo faltaba que pusiera que tenía cuatro hijos a los que alimentar y que fuera canturreando esto con ritmito como los que piden en el metro. Vamos, es que estos chicos no entienden nada. ¿¿Y el jamón que te hace ser mejor persona?? Por supuesto, no tuvimos corazón. De hecho, si encontráis uno latiendo, devolvedlo, que seguro que es de alguno del departamento.

Otro de los que reclamaban aducía que tenía 20 años y que había ido a una academia durante el verano. Pedía que se considerase su esfuerzo. Amos... Sí, había pasado de sacar unos doses a un 3,5 (creo, la verdad es que yo no presté mucha atención a sus exámenes...), pero me parece que a las puertas de la universidad (o un módulo formativo de grado superior si no quiere pasar por selectividad como era el caso) la teoría del esfuerzo (para nada practicado durante el curso) se queda un poco insuficiente.

Prometo que las decisiones de revisar exámenes y ver que no sólo no ha lugar a la queja, sino que quien lo ha corregido fue muy generoso y puntuó al alza, no tienen que ver con el hecho de no dejarnos libre la mañana y obligarnos a reunirnos en el departamento, con el puñetero calor que hacía ahí dentro.

Se cierra el telón... El curso 2005-06 pasó definitivamente a la historia. Ya no tengo que volver al instituto del norte salvo para firmar el libro de escolaridad como tutor. Y para devolver las llaves si es que las encuentro, que las he vuelto a perder [aparecieron esta mañana, en el bolsillo de unos pantalones]... Tocó el turno de las despedidas. Algunas, siguiendo el rol de la hipocresía, como mandan los cánones. Otras que de verdad te dan penita, compañeros que merecen la pena y que te gustaría contar con ellos. E incluso ha habido despedidas sin decir ni mu. Como al de las piedras en los riñones del final de curso para poder sacarse las oposiciones tranquilamente, por poner algún ejemplo. Ah, también despedida de tres alumnas de mi tutoría, que han venido a verme.

Este curso lo malo queda guardado en una carpetita muy reducida. En cambio lo bueno no entra ni en los cajones. Si el primer año fue gracias a los compañeros, este ha sido sobre todo por mi tutoría.

PD: sigo investigando en el nuevo blog cómo funcionan diversas herramientas. De momento no sé ni poner fotos ni enlaces, pero estoy mirando en las ayudas y eso. Paciencia

martes, septiembre 05, 2006

1. Inicios que son finales



Antes de nada, bienvenidos a este mi nuevo blog. Muchas gracias por adelantado por venir a leerme de vez en cuando. Soy "Juliiii" para los que me habéis seguido con anterioridad. Un profe de la asignatura antes llamada lengua y ahora no lo tengo tan claro porque daré 3º y 4º de diversificación y, además, música. Una plaza tipo 2. "Afines"... Bueno, hecha la aclaración, empecemos...:

Como decíamos ayer... (siempre quise decir esta frase de fray Luis, jeje). Bueno, más que ayer, en el post anterior (de un blog anterior), me las vi y deseé para obtener la credencial. Luego el lunes completé los papeleos yendo a la delegación sur: la credencial, lo de muface, el irpf, las dos fotocopias del dni, las declaraciones juradas, el informe de mis antecedentes, expedientes sobre mi historial clínico y odontológico, la marca de mis bolígrafos, las pruebas de karaoke... Todo entregado. Todo en regla.

Después de todos estos engorrosos papeleos (supongo que no hace falta que explique que en la enumeración mi mano y mi imaginación han sobrevolado rincones absurdos), esta semana sirve para despedirme del instituto del curso 2005-2006 con evaluaciones y demás paripés, y ya el viernes tendré que visitar el nuevo (espero bajarme en la parada que me corresponde...) para el primer claustro del nuevo curso.

Siempre los cambios producen un estado de expectativa y algo de nervios. Instituto nuevo, ruta nueva, compañeros nuevos, alumnos nuevos... Mi tercer año. Primero de música. Primero sin lengua. De prácticas seis meses. A ver qué tal.