Situación A)
Es una situación indirecta, por suerte a mí no me ha pasado. Una compañera nuestra, algo tocada y con manía persecutoria, le hace la vida imposible a su jefa de departamento. En todas las reuniones se queja y reclama; ha venido el inspector incluso por su culpa y raro es el día que no se lamenta por algo (por ejemplo, de su magnífico horario). Esta señora es una reincidente en la actividad de darse de baja algún curso y entre alguno de sus logros está haber mandado el Quijote entero a los de 3º de la ESO..., ¡de diversificación!
Pero el punto culminante ha llegado esta semana. Ha impugnado el último acta porque han escrito "retraso" y, según ella, debe poner "atraso". Trascendental, ¿verdad?
Situación B)
Esta ya me toca. Estoy en clase de 1º, llaman a la puerta. La de compensatoria, enfadada con una alumna de 1º. Dice que desobedece, que se niega a hacer las tareas que le manda, que se quiere bajar conmigo, que no la va a aprobar como siga así. Mientras atiendo a su desahogo personal, unos quince niños amenazan con descontrolarse. Oigo, aguardo, no le puedo solucionar nada. Esta mujer atiende como mucho a cinco alumnos y para una que no puede controlar viene a decírmelo, interrumpiéndome.
La historia con esta niña exige su contexto: es la única de 1º cuyo objetivo es el de aprender más y a pesar de sus dificultades pone mucho empeño y está encantada viendo los progresos que realiza. Esta niña, a diferencia de los otros vagos consumados, no quiere subir a compensatoria no porque se vea diferente al resto, sino porque siente que arriba no aprende nada (de hecho, arriba no hacen nada). Los profesores de compensatoria e integración cuentan con la ventaja de un alumnado muy reducido, pero hay gente que lo aprovecha para vivir muy bien.
¿Sabéis reconocer a quién corresponde cada una de las situaciones?