
Así me deben de ver algunos alumnos, como al perro de la foto. Con esa cara pacífica y tranquila (hasta que me pongo a pegar chillidos, claro...). El otro día comento en mi tutoría:
Me he enterado de que con la profesora de ámbito científico tenéis el archivador y el libro preparados encima de la mesa antes de que ella entre. Estoy indignado porque conmigo no lo hacéis.
Y me contesta una de mis alumnas (una de las que más me preocupan porque su nivel de castellano es bastante limitado y eso la condiciona demasiado), en uno de esos arranques de espontaneidad y naturalidad tan característicos suyos, que conmigo no lo hacen porque soy bueno. ¿Habráse visto que esta cara me limite tanto?
Más cosas. Examen de lengua y literatura (la historia, por cierto, promete en los exámenes, es una asignatura proclive a joyas literarias de los alumnos). Pregunta sobre el romanticismo, Espronceda concretamente, aplicándolo a un texto, algo que casi nadie hace porque no entienden que la teoría se pueda aplicar a los textos. Una respuesta es fabulosa:
Porque Espronceda es muy romántico y porque en aquella época todos los escritores eran románticos. Y, para rematar, apostilla en un paréntesis clarificador a más no poder (Edad Media). Sin comentarios... Si no puede estar más claro el Romanticismo.
En el refuerzo, las cosas mejor. Domesticando a las fieras y, como ya he dicho, le daré la oportunidad al chico (Extramoduril) de que le dé clases otro profesor que no le insulte ni le niegue las explicaciones.
Ahora estoy ocupado preparando una guía de lecturas (además de la obligatoria que ya les he elegido, les daré una lista para las lecturas opcionales que suben nota), con pequeños resúmenes para inducirles (o disuadirles) a algún libro. Les he dicho que la ventaja de la opcional es que el lector elige. Si cogen una y no les va gustando, pueden dejarla y mirar otro libro. Les daré las pautas para que hagan la reseña. Y mi otra tarea (aparte de los informes intertrimestrales, un poco tostón, para que los papis tengan su papilla y sepan cómo van los niños) es elaborar unas tablas para ir consignando si están alcanzando los objetivos propuestos. Por ejemplo, miro sus exámenes y si ya distinguen sujeto y predicado, prueba superada; si aún no saben las características de un texto nerrativo, recuperación. También tengo que corregir las actividades de recuperación de historia (sacadas de un libro de inferior nivel para que les sea asequible).
Y para acabar, comentar algo que me ha pasado esta mañana (vida privada, atentos, para que luego no haya queja :p). Habría que empezar a decir algo: gilipollas. Soy un gi-li-po-llas. Cómo me revienta hacer cosas que no valen para nada y cuántas veces acabo incurriendo en este tipo de asuntos. He ido (entre otras cosas) a imprimir tres cuentos (por triplicado) para un concurso literario. Después de recorrer dos copisterías, a la tercera creía que iba la vencida. Pues no, reviso de nuevo las bases y era en letra Arial, no en Times. A tomar por
(Gracias por los comentarios, en especial usuario anónimo, que me lee y no tengo forma de contestarle)