martes, febrero 21, 2012

240. Madrid - Valencia

O Valencia - Madrid. Esa suele ser la frecuente ruta vía AVE que solemos hacer Laura y yo cuando podemos y siempre resulta algo especial. Ver ahora paisajes urbanos tan cercanos cargados de cargas policiales y golpes desmedidos contra estudiantes causa estupor, pena y vergüenza.

Imagino que el cariz de los excesos de allí tendrá mucho que ver con este estallido. Al lado de Valencia, la Comunidad de Madrid parece modélica (salvo auditoría que demuestre lo contrario, lo cual no me extrañaría nada). Incluso Esperanza Aguirre sale beneficiada en comparación con el histriónico e inocentísimo Francisco Camps. Eso sí, sumadas las dos ciudades y el panorama en todo el país, no se me ocurre más que una palabra para definir la situación: ESPERPENTO (no en vano son muchas las voces que reclaman un Valle-Inclán para registrar esta comedia, farsa, vodevil o tragedia, según se mire).

La corrupción está extendida sobre la mayor parte de la población. No se explica si no los casos de políticos manchados por la lacra de la mano larga y los bolsillos llenos de modo nada edificante. En el fondo, si esta situación no es denunciable, juzgable y condenable, significa que la mayoría haríamos lo mismo en la misma situación, seamos crudamente sinceros. Si se sigue votando a políticos imputados no cabe otra respuesta, a no ser que seamos unos fanáticos o unos ignorantes. Anteponer unas siglas a la honestidad no es una elección demasiado acertada.

Ahora tratan de convencernos de que los estudiantes están siendo engañados por la izquierda (Rita Barberá), que hay una cruzada mediática contra la Comunidad Valenciana, que los manifestantes son violentos (Alberto Fabra, no confundir con el de las gafas de sol al que le salen billetes de lotería premiados por las mangas) o (y este se está llevando la palma últimamente, sólo superado por Wertgüenza) que los agredidos son los policías (Ruiz Gallardón)...

Así que mientras ayer llovían las hostias en cargas policiales desmedidas contra estudiantes (y vale, puede que también contra alumnos talluditos, contra no estudiantes sino antisistemas infiltrados siguiendo las sediciosas y pérfidas maniobras de la izquierda, por no hablar de contra un ciego que sale en las fotos y al que hasta le quitaban su bastón -y para más inri luego la web de Intereconomía interpretaba que el pobre hombre estaba agrediendo al policía-, como si cargar a porrazos contra estos fuera menos condenable) y las imágenes corrían como la pólvora por todo el mundo y por Internet (trending topic en twitter, casi todas las noticias en portada en menéame, al contrario que en los medios de comunicación tradicionales, para los que los sucesos de Valencia han sido una noticia más o sin más), hoy se buscan pretextos a todas luces inválidos y se trata de minimizar el papelón de Paula Sánchez de León, delegada del Gobierno de la Comunidad Valenciana, así como las bochornosas declaraciones de Antonio Moreno, Jefe Superior de Policía en Valencia tildando a los estudiantes de "enemigos", cuando la única salida digna y justa para ambos sería su inmediata dimisión.

Sería inútil valorar la importancia de unos incidentes lamentables que no tienen justificación alguna y que nos sitúan de nuevo a la cabeza de la República Bananera gracias a una violencia desatada (casi toda ella proveniente del sector con casco y petos acolchados) que nos retrotrae unas décadas al pasado. Pero da igual, puesto que a un cierto (y amplio) sector no le cuentes que los recortes han privado de calefacción o luz a los centros públicos para disfrutar en cambio de fastuosos aeropuertos en Villarreal o de unas deficitarias carreras de Fórmula 1 (Valles y Cumbres reseña estupendamente algunos de los otros muchos excesos), que eso no les provocará una honda indignación ni entenderán que la impotencia que se siente ante tantos desmanes puede llevarte a tratar de ocupar una acera a modo de protesta (porque pese a que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, diga que los excesos los cometen los radicales, la realidad es bien distinta, porque ojo que no se ha quemado nada a pesar de los cánticos, ni se ha destrozado mobiliario o escaparate alguno).


Al tiempo, me pregunto qué ha faltado aquí, en Madrid, para que no prendiera la chispa de la indignación contra los recortes a la pública como en Valencia (o al menos en el Lluis Vives). Entre Valencia y Madrid median 350 kilómetros, sí, pero también mucho más. Si bien aquí no hemos llegado a necesitar mantas y no nos han cortado la luz, sí que nos racionan folios o fotocopias, sí que nos racanean en certámenes teatrales o sí que justifican Planes Reruerza como si no fueran lo que son, parches minúsculos para heridas del tamaño de una sandía. 

Pese a ser una de las comunidades a la cabeza de los recortes en lo público y de favorecimiento a los concertados, nuestros jóvenes alumnos madrileños no han explotado aún, como si aún no hubieran visto las orejas al lobo de la privatización y al aniquilamiento de lo Público, pero supongo que todo andará y llegará un momento en que también seremos Valencia y saldremos a la calle para protestar. Y tal vez volvamos a recibir respuestas contundentes y salvajes, y volvamos a oír sandeces justificándolas. Esperemos, eso sí, que entonces seamos más, y que no toleremos la represión como respuesta.

lunes, febrero 20, 2012

239. WebQuest "Poesía de la Generación del 27"

Para trabajar con un poco de más detenimiento la poesía del 27, os dejo esta WebQuest por si os sirve de algo:
WebQuest Poesía Generación del 27

lunes, febrero 13, 2012

238. ¿Y qué más?

El viaje a doble velocidad que se está produciendo no deja de causar(me) asombro. Se entiende que la minoría que goza de los privilegios quiera transmitir esa certidumbre del caos por culpa de la crisis económica para apretar las tuercas al sistema productivo del que se abastece. Si estuviéramos en su lugar y en vez de conseguir un 5% más de beneficios que el año anterior, tal vez haríamos lo mismo, considerando inaceptable ganar un (pongamos) 3% menos cuando las condiciones laborales pueden ser más y mejor explotadas.

Lo que no se entiende es el punto de vista de quien viaja en el carril más lento, por no hablar del carril contrario directamente. El despido es una barra libre, el improcedente queda desterrado de los diccionarios, el salario mínimo es paupérrimo (aunque aquí no se dice de igualarnos con Europa) y todavía hablan de recortar el derecho a huelga (Duran i Lleida). Pasa todo eso y en vez de levantarnos en armas y montar un cristo de la hostia, les damos la razón cayendo en la trampa en la que esa clase dirigente y pudiente nos ha metido, como si siguiéramos teniendo nosotros la culpa de los más de cinco millones de parados. 

Y no, no la tenemos, no intervenimos en esa despiadada cadena de montaje (salvo para sufrirla) donde somos la última e ínfima bisagra. Nosotros somos los perjudicados, los afectados, los parias. Mientras seguimos perdiendo trabajos, poder adquisitivo, derechos y dignidad, hay una serie de multimillonarios, de privilegiados, de próceres y de mandatarios de miras estrechas que no sólo no se ven afectados por la crisis que ellos mismos han provocado con sus desmanes y abusos (los que legitima esta sociedad capitalista), sino que suman y siguen.

En ese engranaje pérfido y malintencionado, los que somos más resulta que pesamos menos. Con lo que costó adquirir la conciencia obrera, parece que haya que renegar de ella porque lo dicte una parte de la izquierda que dejó de serlo hace tiempo, ese sector progre que destila (o atufa) izquierdismo obsoleto desde sus elevados sueldos y su conciencia sectaria de clase (cualquier cosa menos igualarse a la mayoría, por más que naden lejos de las piscinas de los oligarcas). Porque el sector de la derecha tiene bien clarita la hoja de ruta y ya sabemos a qué o quiénes responden.

Y ha llegado el momento de decir basta. De no creernos sus patrañas. De desmontar el chiringuito desde el que unos pocos se regodean con el beneplácito o con la connivencia de nuestra incompetente clase política, servil instrumento de esos pocos en vez de responder al interés de la mayoría. Hay que dejar de consentir y de justificar, hay que olvidarse de siglas de partidos y mirar por lo nuestro ya que ellos no lo hacen, pasándonos si hace falta por el forro de los ******* si es necesario las directrices que dictan Francia y Alemania. Porque lo nuestro no son prebendas para mediar por ningún yerno que quiere choricear a costa de la manga ancha que prodigan nuestras Administraciones; ni medrar a costa de ningún amiguete del alma para que nos regale trajes de forma inocente; ni dilapidar miles de millones de euros en obras faraónicas encubriendo dinero negro a espuertas; ni chulear a los contribuyentes robando dinero para sus chóferes, mayordomos, coches de alta gama, ipads e iphones (por no hablar de cocaína o putas); que no nos repartimos ni la mitad de la mitad de la... de las millonarias indemnizaciones o bonus de los bancos o cajas de ahorro... Que simplemente pedimos que no nos ninguneen y ahí entra en juego, por ejemplo, retomar la importancia de la educación.

Eso sí, otra opción en vez de la tan temida revolución y decir hasta aquí hemos llegado es la de resignarnos. En la línea de las medidas que se están adoptando, aplaudiremos declaraciones como las de fomentar el voluntariado, asumiremos como un maná la estafa de los Minijobs, consentiremos cada subida de sueldo del alcalde de turno financiada a base de despidos de funcionarios (ah, esos grises seres que se oscurecen tras unas tristes oposiciones, ignorando que términos como igualdad y mérito cayeron tiempo ha en favor del enchufismo y el pelotazo, tan típicamente españoles como los toros y olé), silenciaremos del todo a los sindicatos (cuya credibilidad sigue siendo menoscabada por quienes no cuestionan sin embargo a los que dominan la escala jerárquica, algo parecido a lo que sucede con los privilegiados y vilipendiados funcionarios) e incluso vitorearemos a quienes nos humillan. 

Propongo, pues, una vuelta al feudalismo, donde la nobleza de antaño sea sustituida por los jeques árabes petroleros, los capos de las mafias de drogas y de armas, los tiránicos mandamases de las grandes compañias que arrasan los recursos de la Tierra, los politicuchos venidos a más con cada vez menos (inglés, oratoria, incluso sintaxis). Restauremos incluso el derecho de pernada a cambio de lo que ahora no tenemos: un trabajo cuyos réditos vayan para ellos íntegramente y una puñetera casa donde caernos muertos sin temor a un desahucio. O, mejor, propongo volver al viejo sistema (es cierto eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor) de la esclavitud, que no sé por qué coño fue abolida. Y que nos pongan cadenas que nos recuerden su yugo y que nos marquen la piel a fuego por si nos vuelve a dar un peligroso brote de rebeldía.

jueves, febrero 09, 2012

237. Más textos de opinión para 2º de bachillerato

En la línea de seguir la actualidad (ver entrada Clases de espalda contra el mundo) y de contrarrestar en parte la borreguización/lobotomización a la que quieren someter a todos los ciudadanos, ahí van otros posibles textos para analizar en clase: QUERIDOS AYATOBISPOS PROGRESISTA EL CULO Por Encima de Las Posibilidades

domingo, febrero 05, 2012

236. ¡Menudo panorama!

No han pasado ni dos meses desde la victoria del PP en las elecciones generales por amplia mayoría. A pesar de que Mariano Rajoy vaticinaba que con su mera llegada arrastraría un efecto confianza en los mercados y en la sociedad en general y lograría frenar la sangría del paro en España, los datos hablan por sí mismos. 

De todos modos, supongo que los votantes del PP podrían preguntarse dónde está aquella promesa, "Lo primero es el empleo", puesto que hasta ahora de lo único que se ha preocupado el Gobierno es de acometer ajustes para frenar el déficit (ajustes que casi siempre recaen sobre la gran mayoría de los ciudadanos, y también sobre los funcionarios -especie aparte: imprescindible, por cierto, el artículo de Francisco J. Bastida-, pero bueno, yo soy un rojillo, como me dicen un par de alumnos de 2º de Bachillerato cuando ven que los comentarios de texto casi siempre son de El País, y estoy extremadamente politizado, como dice mi madre, que pese a eso me quiere) y, de paso, frenar el crecimiento económico español, por no hablar de recortar nuestra sociedad del bienestar (las últimas ocurrencias, que yo sepa: excluir la reproducción asistida y limitar la asistencia a los crónicos, "¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?", se  pregunta la viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la comunidad, siguiendo con esa línea ideológica tan propia y peligrosa de cifrarlo todo en términos económicos).

Y los votantes de izquierdas que permanecieron pasivos y se guardaron su voto hastiados con el PSOE (ni que no hubiera otras vías para la izquierda, empezando por el hecho de que el socialismo del PSOE hace tiempo que socializó con otras políticas menos sociales) tienen que estar tirándose de los pelos viendo cómo estamos volviendo a situaciones más propias de hace 50 años (léase la defensa a ultranza de los toros del inspirado e inefable Wert, la nueva ley del aborto del progresista Gallardón, aplaudida por el obispo de Córdoba -que, por cierto, dice que en la Escuela Pública incitamos a la fornicación, algo parecido a lo que  ya dijera el viscoso Juan Manuel de Prada-, la no culpabilidad de san Camps -desde aquí abogo por su canonización- o el juicio a Garzón por revisar las desapariciones durante el franquismo). 

O viendo cómo campea Ana (deja la) Botella a sus anchas por Madrid (no entiendo cómo cuándo el candidato que se ha elegido en las urnas deja el puesto porque es encausado o porque prefiere ser ministro no se vuelven a convocar elecciones: ¿no se puede considerar fraude electoral?) alumbrando brillantes ideas como la de que sean voluntarios los que cuiden centros públicos como las (inútiles, le faltó decir, ¿para qué queremos esas cosas con tapas y tantas letras?) bibliotecas (ya hay un actuable en la misma línea pidiendo que nuestra alcaldesa lo sea de forma voluntaria). En fin, para qué seguir, si cuatro ministros de Rajoy (y con esto queda dicho todo) son tertulianos de El gato al agua.

Leer la portada del Menéame se está convirtiendo en un ejercicio de terror más monstruoso que cualquier novela de Stephen King, con personajes de pesadilla como los ya citados, por no hablar de Cospedal, Esperanza Aguirre, Cristóbal gafapasta Montoro o la guinda made in Lehman Brothers de Luis de Guindos o Soraya Santamaría. Vaya párrafo más terrible me ha quedado, qué yuyu.

Antes hablaba de José Ignacio Wert (¿alguien comparte conmigo esa sensación de náusea que me produce ver su gesto agrio?) y a él vuelvo para cerrar la entrada. Con el nuevo Ministro de Educación, Cultura y Deporte parece que estamos ante la reedición de Esperanza Aguirre en su célebre etapa en el cargo. Cada vez que abre la boca sube el pan (y baja la credibilidad). O miente o mete la pata, y no sé cuál de las dos opciones es peor. 

Los errores o las falsedades del ministro se suceden (¿Quién asesora a Wert?, Nuevo gazapo de Wert) y, mientras tanto, ya hemos encontrado el quid de los problemas de la educación en nuestro país: la asignatura de Educación para la Ciudadanía, centro de todos los estériles debates. ¿Casualidad, o interesa no hablar de los parches malintencionados de pasar a un bachillerato de tres años puliéndose 4º de la ESO (todavía si se añadiese un curso más, se entendería) con el principal objetivo de meter la concertación también en bachillerato? Ya se intuía, pero la nueva reforma educativa será un parche y encima un parche ideológico, como bien se indica en esta carta del director. Y es que ojito con el Wert y su vinculación a la Fundación FAES.

domingo, enero 15, 2012

235. ¿Clases de espalda contra el mundo?

A menudo, aferrados al exigente (y excesivo) currículum, sobre todo en Bachillerato, corremos el peligro de que nuestras clases vayan en paralelo a cuanto acontece en el mundo. Apenas hay tiempo para mencionar los principales sucesos y parece que está prohibido comentar sobre aquello que les afecta directamente, como por ejemplo ha ocurrido con nuestras reivindicaciones de la Escuela Pública. Por eso, no creo que nos cueste demasiado dedicar unos minutos a completar la formación de nuestros alumnos exponiéndoles nuestras opiniones, siempre y cuando no rebasemos ese límite que nos llevaría a prevaricar como hacen nuestros amados y validísimos políticos.

Uno de los recursos con que contamos son los comentarios de textos. Sobre todo en 2º de bachillerato, donde los textos literarios están casi erradicados de la PAU, lo normal es que les incluyan un artículo periodístico de opinión, con lo que hay que trabajarlos mucho. Es ahí donde podemos aprovechar no sólo para que conozcan la actualidad (de la que muchas veces nuestros alumnos están totalmente desconectados), sino para que reflexionen sobre ella y, casi más importante, desarrollen una opinión argumentada sobre lo que está pasando. 

Voy a dejar una serie de artículos de opinión a modo de ejemplos. Un par de ellos (Profesores, Regalos de empresa) están ya resueltos, por si queréis utilizarlos y vais mal de tiempo. El resto tan solo están planteados (la mayoría están resueltos, pero no mandados, y vete a saber si dan con esta página y se encuentran con la tarea resuelta), pero si os interesa tenerlo resuelto, tan sólo tenéis que pedírmelos. En las etiquetas vienen los títulos y autores de dichos artículos de opinión.


Profesores EN DEFENSA DE URDANGARÍN Regalos de empresa Interino Ética Esos saberes irrelevantes El partido

lunes, enero 09, 2012

234. Propósito para el 2012

En la línea de los compañeros que profesorgeohistoria está reseñando (Cansado de que me tomen el pelo y Yo también me planto), voy a intentar cumplir un propósito para este nuevo año en el que los recortes educativos están reforzados legalmente en la Comunidad de Madrid: cumplir a rajatabla las 37,5 horas semanales que exige la ley. Ni una más.

Valiéndome del cálculo de Laura, le dedicaré una hora y media al día a todo aquello que deba realizar en casa: correcciones y preparación de clases, ejercicios, exámenes... Se acabó lo de regalar mi tiempo libre como un tonto. Se acabó lo de escudarnos en la vocación para ponernos en el mismo nivel que nuestros dirigentes. Si a ellos le vale eso, a mí también. Ya me preocuparé, como siempre, de mis alumnos, pero como en un trabajo cualquiera, con un tiempo estipulado desde el principio.

Yo también me planto.

miércoles, enero 04, 2012

233. ¿Qué habéis conseguido?

"¿Qué habéis conseguido?" suele ser la pregunta insultante, hiriente e indignante que te formula no un cualquiera, sino algún compañero de profesión, enarbolando dicho interrogante a modo de ataque (o de autojustificación por no haber secundado las huelgas o haber ignorado las manifestaciones). "Dime", redondean, "¿Qué habéis conseguido aparte de perder casi 1000 euros?". 

Quienes eso me preguntan está claro que no van a recibir una respuesta satisfactoria. Si yo les explico que se han obtenido pequeños grandes logros como expulsar a "Empieza por educar" de los institutos o retrasar aperturas de centros concertados como el de Móstoles, lo van a considerar migajas del objetivo principal que se pretendía: retirar las instrucciones de principio de curso. Si yo alego que lo principal es haber restaurado una conciencia colectiva, haber recuperado el orgullo de proclamar a los cuatro vientos que somos docentes de la Pública a través de un símbolo tan creativo como llamativo, el color verde de una camiseta que nos unifica y define, que nos moviliza e identifica, que nos reconoce y enorgullece, sé que ignoraran esos logros porque lo mismo tienen esa camiseta hecha jirones para limpiar el polvo en sus casas o directamente pasaron de todo desde el principio, obviaron gastarse los 5€ de la camiseta y no se adscribieron a las movilizaciones y siguen tan arrinconados como antes, lamentándose de la deriva de la educación actual y echando de menos los tiempos antiguos donde no se movía una mosca en el aula para soltar su clase magistral ni debían rebajarse a dar a grupos de pequeñajos.

Quienes eso me preguntan no saben de la trascendencia de lo que reivindicamos: Educación de todos y para todos. Qué lema tan subversivo y peligroso, sobre todo acompañado del verde. Que un color que simboliza lo que tanto nos falta (y tanto nos sobra), esperanza, sea visto en ciertos círculos con resquemor, impaciencia, disgusto, hastío, preocupación o asco es la primera de las batallas que hemos ganado. Que bajo un color asumamos una misma bandera y un mismo objetivo, que bajo la llamada marea verde seamos uno solo, es algo que nos hace más grandes y más fuertes, unidos en contra de la indefensión a la que cada día nos vemos abocados, viendo cómo congelan el sueldo mínimo, cómo recortan nuestros derechos y cómo, en nombre de un sistema económico viciado y tergiversado (encarecidamente pido que veais Inside Job), quieren imponernos recortes sociales mientras siguen sin meter la tijera donde hace falta: los disparatados sueldos de los políticos, las inmorales sumas de los banqueros repartiéndose cantidades mareantes con sus bonus.

En estos momentos tan difíciles donde las clases dirigentes zozobran a la deriva con medidas insuficientes para sacarnos de la crisis, con estrechez de miras y trayectorias huecas y recurrentes como la inculpación del funcionariado, el abaratamiento del despido, el recorte de los derechos fundamentales como principales recursos para empezar a crear puestos de trabajo recortar el déficit, aquellos que no solo no aplaudimos, sino que protestamos y nos rebelamos y consideramos que las primeras medidas deberían ir dirigidas en contra de los verdaderos privilegiados de este país, aquellos que nos han abocado a la situación actual, los políticos, los caciquiles grandes empresarios y los bancos, confabulados para empobrecer la cada vez más exigua clase media para seguir manteniendo sus inadmisibles ritmos de vida, cuanto menos fastidia que compañeros tuyos se descuelguen y te miren con enconado rencor sobre todo porque deberían estar comprobando cómo sus condiciones laborales menguan.

Cuando me preguntan "¿Qué habéis conseguido?", me dan ganas de contestar que lo que hemos conseguido en primera persona del plural es distinguirnos de esa segunda persona del plural que se desmarca y se queda fuera de algo tan importante como defender una causa justa. Hemos conseguido que vosotros, compañeros de la pública que os resignáis, que bajáis la cabeza dispuestos a que os den una condescendiente colleja y os sintáis felices de que os hayan perdonado cortárosla, os hayáis quedado retratados y aislados, imposibilitados a sentir esa satisfacción cuando es día de manifestación y el metro se llena de color verde y marchamos reivindicando un futuro para nuestros alumnos y para nuestros hijos, un futuro para nuestro propio futuro.

Así que lo mismo un día si me lo vuelven a preguntar y me da por atreverme, les contestaré que lo primero que hemos conseguido es habernos librado de identificarnos con ellos que nos llaman vosotros porque no, no tenemos nada que ver.

sábado, diciembre 31, 2011

232. ¿A quién nos queremos parecer? (III: ¡Finlandia!)

Para terminar con el análisis de los modelos educativos más exitosos (ver ¿A quien nos queremos parecer, I y ¿A quién nos queremos parecer, II), llegamos a Finlandia, donde Reijo Aholainen, director del Ministerio de Educación y Cultura (no Educación y Empleo, ni tampoco de Instrucción) señala 5 puntos clave del éxito de su país, pero antes aporta algunos datos:
  • En los años 90, Finlandia, país agrícola, sufría una dura recesión y mucho paro.
  • Se traspasaron fondos de Defensa a los colegios tras el colapso de la URSS.
  • Finlandia invierte 200.000€ en educar desde Primaria hasta la Universidad.
Y aquí van las cinco claves:
  1. Los profesores son gente VIP (y no Vilipendiados, Injuriados, Puteados, como aquí equivaldrían esas siglas): la docencia es una profesión prestigiosa y bien remunerada. Sólo son profes los mejores y el entrenamiento no cesa durante toda su carrera.
  2. Gratis total (vade retro Satanás, piensan Esperanza y la Figar): nunca falta financiación. Pero ojo al dato: CASI TODAS LAS ESCUELAS SON PÚBLICAS Y MUNICIPALES. Transporte escolar, libros y comida, igualmente gratuitos. Aulas bien equipadas, un ordenador por cada dos alumnos.
  3. ¿Y los niños que tienen problemas?: clases de apoyo para ellos en el mismo cole, aparte de que se les asigna un tutor. Por ejemplo, si alguien no conoce el finés, en la clase se mete un traductor con el alumno y después los contenidos (ya fuera del aula) se le repiten en su idioma y en finés (igualito que aquí: el que tiene problemas, que se joda, que ya se han malgastado suficientes fondos con la LOGSE).
  4. Leer, leer y leer. Se trabaja mucho la lengua y la enseñanza de otras lenguas es vital (y seguro que no impartiendo naturales y sociales en inglés, como pasa con nuestro gilingüismo).
  5. Los padres cooperan. Clases cortas y prácticas. Prevalece discutir a memorizar. Artes, cocina, deportes... Honradez y trabajo como premisas. Por algo es una sociedad de las menos corruptas (esta es otra clave: nuestra corrupción la amparamos entre todos porque en el fondo aplaudimos al que malversa porque nosotros querríamos hacer lo mismo, y por eso los fraudes se dan en todos los ámbitos, desde Iñaki hasta la Pantoja, ejemplo de cómo una imputada no sólo cumple la condena que debería, sino que encima nos "canta" las campanadas porque tiene relevancia social y no queda marginada, pasando por el que no declara sus impuestos o el que choricea unas vueltas si el camarero se confunde).
¿Tan difícil sería importar un sistema parecido al de Finlandia? ¿No está demostrado que funciona? ¿A quién se quiere engañar cuando nos vienen con recortes, con medidas que lo único que consiguen es desmotivar al profesorado? ¿No es clave educar en valores? Está clarísimo que no interesa este modelo.

Para acabar, me he encontrado por casualidad, buscando datos para documentar esta entrada, el siguiente informe de la Comunidad de Madrid reflexionando sobre el sector público. A mí me resulta, cuanto menos, sangrante, que se jacten de reducir el peso del sector público...

jueves, diciembre 29, 2011

231. ¿A quién nos queremos parecer? (II: Suecia, Heckman)

Siguiendo con la comparativa de los modelos educativos con mejores resultados (ver ¿A quién nos queremos parecer, I), le llega el turno a Suecia, donde Odd Eiken, ex secretario de Estado de educación, nos comenta su funcionamiento. Su modelo, a mi modo de entender, es más peligroso de cara a nuestro país, y ahora explicaré por qué.

Abolieron su LOGSE porque igualaba a la baja y plantearon una reforma que premió la excelencia. Para ello, optaron por facilitar el derecho a elegir colegio: los más requeridos son los más subvencionados (y a la inversa) para fomentar la mejora de la calidad educativa. Pero ojo, Espe, Luci y Ali, nada de que el derecho a elegir el mejor cole esté reservado a quienes se lo pueden pagar. Y es que han implantado un sistema de bonos:

El Estado da un cheque entre 6000 y 7500 € anuales, independientemente de la renta de cada familia. El cheque cubre al menos el 85% del coste de la escuela y se puede elegir pública o privada. Dos peligros le veo: no tenemos cultura de cheques y sí de malversar (el dinero acabaría en todas partes menos en los coles). Y aquí se fomentaría la privada, no se juega en igualdad de condiciones y ya conocemos esa retórica falaz de la "libertad de elección de centro por parte de las familias": te cierro los coles públicos, te abro concertados, digo que el alumnado de la pública baja, me sale más rentable un concertado y que nadie discuta o se le abre un expediente.

Volviendo al sistema de bonos, llama la atención que vaya al margen del nivel de ingresos de las familias. Eiken responde: "teníamos mucho déficit público y hubo que inventar el estado de bienestar para salvarlo (...). La educación y la sanidad siguen siendo universales, pero si en un centro no te atienden bien, acabará cerrando por que la gente puede irse a otro donde lo hagan mejor".  Aquí directamente ni se plantean eso de salvar el estado de bienestar. Aquí lo que prima es el estado de privatizar.

Pasamos a las reflexiones de James Heckman, Premio Nobel de Economía estadounidense. Aquí copio varias de sus ideas:
  • Estimular al niño en Preescolar es clave del éxito y sale rentable: devuelve de entre un 7 y un 10% anual al Estado. "Es más rentable invertir aquí que en Bolsa".
  • No se trata de enseñar a leer cuanto antes, sino de estimular las habilidades sociales y la formación del carácter, mucho más importante que el cociente intelectual. Antes de los 4 años se consiguen grandes logros. 
  • Hay que evitar los ambientes desfavorecidos porque desarrollan menos habilidades.
  • Transmitir conocimientos no es tan importante como motivar, y eso no está reñido con la disciplina. 
  • La familia es clave en este proceso.
Este hombre habla de cosas muy extrañas: ¿la etapa Preescolar una gran inversión? ¿Sin tarimas se pueden conseguir buenos resultados? ¿Las familias implicadas? ¿La instrucción no es el principal caballo de batalla? ¿Hay que ayudar a educar en la escuela? Bah, ni puto caso, por más que sea un Premio Nobel. Nosotros a lo nuestro, a desmantelar la red de escuelas infantiles públicas y a seguir hurgando en la sima de las desigualdades, que el niño que nos importa es Borja Mari, amiguito del nieto de Josemari Aznar, y con cuantos menos tenga que competir, mejor que mejor.

martes, diciembre 27, 2011

230. ¿A quién nos queremos parecer? (I: Corea, Singapur)

El 4 de diciembre apareció un interesante reportaje en el XL Semanal sobre los modelos educativos que lideran las clasificaciones mundiales en educación, deteniéndose en países como Finlandia, Suecia, Singapur y Corea del Sur a través de personajes destacados en educación, además de incluir unas reflexiones de James Heckman, Premio Nobel de Economía.
XL Semanal, 4 de diciembre

Lo primero que llama la atención es cómo en estos países la educación tiene una importancia primordial, a diferencia de lo que ocurre en España, donde ni por asomo preocupa tanto (hablamos de preocupación en términos de importancia social, perspectivas de futuro, planteamientos a medio y largo plazo, no de preocupación por evitar que se propaguen las camisetas verdes como si fueran a provocar una especie de contagio).

Resulta interesante conocer otros sistemas educativos y compararlos con el nuestro. Para no extenderme demasiado, voy a dividir la entrada en tres partes: la primera, refiriendo los datos de Corea y Singapur; la segunda, los de Suecia y las reflexiones de Heckman, y la tercera, para dar con el "paraíso" educativo, Finlandia, cuyo nombre ya es algo así como algo reverencial.

De Singapur habla Saravanan Gopinathan, profesor del Instituto Nacional de Educación. Datos:
  • "Le dedicamos [a la educación] el 20% del presupuesto. Lo consideramos una inversión, no un gasto (¿de qué me suena este latiguillo?). En 2010, Singapur creció un 14%".
  • Premian la excelencia, pero no segregando a los mejores expedientes, sino a través de dos exigentes reválidas. Sólo los mejores van a la universidad.
  • Han potenciado los institutos politécnicos. La Formación Profesional es de tres años y está basada en la investigación.
  • Se les exige mucho a los profesores (trabajan de 7 de la mañana a las 5 de la tarde), pero sus sueldos equivalen a los de los ingenieros y pueden mejorarse mediante cursos y evaluaciones anuales.
En Corea del Sur, expone los datos Sunwoong Kim, profesor de la universidad de Milwaukee:
  • "No debes pisar siquiera la sombra del maestro", dice un refrán coreano (aquí el equivalente sería "pisotea al maestro hasta quede echo sombra"...).
  • El 7% del PIB se dedica a educación, aunque las familias pagan más que el Gobierno.
  • Se premia el mérito y hay mucha competitividad: ser buen estudiante te lleva a la élite.
  • Envían a muchos alumnos al extranjero (75000 por los 3000 exiguos de España).
  • Exámenes de acceso a la universidad muy exigentes.
  • El 98% acaba la Secundaria (aunque habría que ver qué porcentaje de población puede acceder a ella, claro).
Conclusiones respecto a estos dos países: 
  • Sus presupuestos dedicados a la educación son muy superiores a España (aquí se destinaba un 5,7% en 2007, según el informe de la OCDE de 2010; en la Comunidad de Madrid los datos son más sangrantes: en 2010, un 2,46%, a la cola de las comunidades de España, datos sacados en Fapar).
  • Existe una carrera docente y una mayor inversión en el profesorado. No sólo se trata de pedir más dinero, sino de controlar el trabajo realizado. Aquí da igual dedicarte a actividades extraescolares, involucrarte en todo tipo de acciones, que tu consideración será la misma que el compañero que acostumbra a darse de baja en el mes de octubre, el catedrático que sigue dando los mismos apuntes que 30 años atrás, el que llega tarde, el que ni se sabe los nombres de los alumnos...
  • Las pruebas externas no sólo sirven para hacer el paripé de forma absurdamente inútil, sino que son reválidas exigentes. Adecuando un buen sistema de Formación Profesional para quienes no quieren cursar estudios universitarios.
Es hora de comenzar un debate en torno a la educación que queremos y sin compararnos a otros países (países con resultados y éxitos contrastados, no Francia y Alemania, donde, que yo sepa, tampoco tienen una reputación especial en los informes) no vamos a ninguna parte. Alguna vez, además, estaría bien contar con la opinión de quienes estamos implicados en la docencia. Al menos en los medios no convencionales podemos reflexionar. ¿Qué os parece todo esto? 
 
Continuará...

sábado, diciembre 24, 2011

229. Canción de Navidad

Adaptación libre de Canción de Navidad, de Charles Dickens.

Para empezar, la Pública había muerto. ¿Esperanza Scrooge lo sabía? Por supuesto que sí. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Esperanza Scrooge era su principal administradora, pero no le afectó terriblemente el acontecimiento.

Esperanza Scrooge era una mujer huesuda, pecadora, de nariz puntiaguda, rostro arrugado (¡salvo en breves periodos de tiempo, los de las elecciones, donde rejuvenecía gracias al Photoshop), voz crispada , insulto fácil (lo que algunos ignorantes llamaban “decir las cosas por su nombre”). Una escarcha helada le cubría la cabeza, las cejas y la barbilla estropajosa. Lo peor, sin duda, era su afán privatizador, pues era una antítesis de Robin Hood: quitarle a los pobres para dárselo a los ricos. Por eso, jamás la paraba nadie por la calle para decirle con mirada sonriente “qué tal está?”, los pobres no le pedían limosna, los niños no le pedían la hora…

Aquella Nochebuena del año en el que había acumulado los mayores desagravios contra la Pública, algo que le hacía estar orgullosa y satisfecha, llegó a su palacio y se asustó al ver en la aldaba el color verde (color que había desterrado de todos sus aposentos). Esperanza Scrooge, sin embargo, no era mujer que se impresionara fácilmente, y negó con la cabeza: “¡Paparruchas!”. Subió hasta habitación y siguió con sus habituales rutinas, no sin antes acostarse hojeando los informes de sus subordinados, donde claramente se indicaba que por primera vez en mucho tiempo, los centros privados y concertados superaban a los públicos.

Entonces, se apareció el fantasma verde de la Pública.

–¿Qué quieres de mí? –le preguntó Esperanza Scrooge tratando de ocultar su pánico.

–¡Mucho! –le contestó el Fantasma verde mirándole fijamente a los ojos con esa expresión que sólo los condenados pueden albergar.

–¿Quién eres? –volvió a preguntar Scrooge.

–Pregúntame quién fui… En vida fui la Pública.

Esperanza Scrooge no creía en lo que estaba viendo y se lo dijo al espíritu de la Pública. Adujo que su aparición sería fruto de una indigestión, aunque el Fantasma de la Pública dio un grito tan lúgubre y espantoso que Esperanza se sujetó a la cama como pudo, cayendo de rodillas ante el espectro.

–¡Compasión! –dijo–. Atroz aparición, ¿por qué me torturas? ¿Por qué vienen los espíritus a la tierra y por qué se me aparecen a mí?

El espíritu le dio una explicación sobre compartir la felicidad en la tierra y de nuevo lanzó un grito y sacudió la cadena y sus sombrías manos. Esperanza Scrooge le preguntó por qué estaba encadenado.

–Llevo la cadena que me forjaste en vida. Me la hiciste eslabón a eslabón.

Esperanza Scrooge quiso que le contara más, pero el Fantasma de la Pública le dijo que no se le permitía contarle mucho más salvo que estaba allí para tratar de que se arrepintiera y reparara sus daños: “esta noche estoy aquí para advertirte que tienes todavía una oportunidad de cambiar mi destino. Recibirás la aparición de tres espíritus. Mañana el primero llegará cuando la campana dé la una. El segundo vendrá la noche siguiente a la misma hora, y el tercero cuando la última campanada de las doce haya dejado de vibrar. ¡Procura, por tu propio bien, acordarte de lo que ha pasado entre nosotros!

Dicho esto, el espectro cogió sus cadenas y salió por la ventana gimiendo y padeciéndose por su triste y adverso destino. Fuera, en la calle, se unía a otros fúnebres gritos de lamento, de pena, de pesar. La bruma se los llevó al cabo de un tiempo. Esperanza Scrooge cerró la ventana y examinó la puerta por la que había entrado el fantasma, que seguía cerrada con dos vueltas de llave (hacía no mucho habían intentado robarla). Intentó decir “¡Paparruchas!”, pero se detuvo en la primera sílaba y por la emoción de los avatares cayó en la cama y se quedó dormida en un instante.

Cuando Esperanza Scrooge se despertó estaba muy oscuro. Le parecía imposible haber dormido todo un día y parte de la noche siguiente. Miró por la ventana y seguía haciendo muchísimo frío y seguía habiendo muchísima niebla. Llegaron los cuartos de la hora señalada, y se alivió al ver que no había venido nadie, pero al instante un resplandor iluminó su dormitorio y una mano abrió las cortinas de su cama.

Una figura extraña que parecía un niño, se presentó: “Soy el espíritu de las Navidades pasadas. ¡Levántate y ven conmigo!”. Esperanza Scrooge estaba en zapatillas, bata y gorro de dormir, pero no opuso resistencia.  Le llevó hacia la ventana y traspasaron la pared para llegar a un camino en medio del campo.

–¡Santo cielo! –exclamó emocionada Esperanza Scrooge–. En este lugar me crié. ¡Aquí viví de niña!

–Estos son solo sombras de las cosas que han existido. Nadie es consciente de nuestra presencia.

Llegaron a una vieja escuela. “La escuela no se encuentra vacía del todo. Una niña solitaria, abandonada por sus compañeros, sigue ahí”. El espíritu le hizo comprender sin palabras que esa niña abandonada y reconcentrada en sus pensamientos había empezado a urdir un siniestro plan de venganza por haberse quedado sin amigos. No importaba que siempre en sus juegos propusiese ser la jefa y los demás sus sirvientes y que por eso se habían cansado de ella. Sin embargo, ahora la nostalgia le ahogaba y por eso se emocionó cuando el escenario cambió para adelantarse unos años más y vio que su escuela se caía a cachos antes de mudarse a un colegio de monjas.

Posteriores escenas de su adolescencia y juventud siguieron haciendo mella en su ánimo. Veía que en los posteriores colegios religiosos, rezando y yendo a misa sin descanso, con aquellos compañeros uniformados y redichos, no era tan feliz como cuando compartió estudios con aquellos pobrecitos que sufrían y soportaban sus desmanes y sus ínfulas de poder.

–¡Espíritu! –dijo Scrooge–, ¡no me enseñes más! ¡Llévame a casa!

Pero el espíritu de las Navidades pasadas le dijo que faltaba una sombra más, con lo que el punto culminante de aquella visita fue cuando se vio jovencita y lozana desdeñando al gran amor de su vida porque era un pobre paria que había estudiado en un instituto público.

De pronto todo el escenario se tornó negro y vio que había vuelto a su cama, donde cayó en un profundo sueño. Volvió a despertarse cerca de la una y fue ella misma quien descorrió la cortina para no llevarse otro sobresalto. Vio un resplandor en la habitación de al lado y oyó que la llamaban. Allí vio a un gigante con aspecto glorioso, que se presentó: “Soy el fantasma de las Navidades presentes. ¡Mírame!”. Le contó que tenía más de 2000 hermanos mayores y a continuación le exhortó a Scrooge que tocara su manto.

Eso le transportó a las calles sucias y contaminadas de su caótica ciudad, donde la lotería había pasado de largo y sin embargo la gente se esforzaba en mostrarse cordial y animada, tratando de pasar de largo por los problemas acuciantes de no tener empleo o de seguir padeciendo las amenazas de recortes, de bajadas de sueldos, de más horas de trabajo (incluso los domingos y festivos)… Continuaron, invisibles, la visita, metiéndose por los suburbios de la ciudad. Llegaron hasta un barrio humilde, una pequeña casa con un grupo alborotado de niños celebrando la Navidad con alegría a pesar de que no había calefacción y apenas un plato para cada uno. Esperanza Scrooge reconoció al hombre que acababa de entrar: uno de esos manifestantes indecentes que le habían pedido no cerrar el colegio público porque no podría permitirse el concertado lujoso que estaban a punto de estrenar.

Ese hombre cargaba con uno de sus hijos pequeños al hombro, un pequeño que necesitaba una pequeña muleta y un aparato metálico en las piernas. Se sentaron sobre la mesa y un pequeño refrito de productos casi caducados fue recibido con gran alborozo, sobre todo a la hora del ganso, que sabiamente la mujer había conseguido aderezar. “¡Feliz Navidad para todos!”, gritaron a coro. Esperanza Scrooge preguntó por el pequeño de las muletas y el Espíritu de las Navidades presentes le dijo que tendría que abandonar la escuela el año siguiente porque su amenaza de que la enseñanza no fuera obligatoria seguiría adelante.

Esperanza se sorprendió cuando se propuso un brindis en su honor: “¡Un brindis por la señora Esperanza Scrooge, la benefactora de la fiesta!”. Un poso de oscuridad se cernió sobre la familia. Sin duda, ella era el ogro de la familia. Cuando su visión se desvanecía, Scrooge tuvo los ojos puestos sobre todo en el pequeño de las muletas y siguieron visitando lugares humildes donde la educación se había convertido en un lujo que no se podían permitir, hospitales donde enfermos que esperaban meses de espera dejaban un hueco en sus corazones para disfrutar de la Navidad, casas de mendigos, cárceles y todo tipo de refugios de la miseria donde estaba vedado el paso de la educación.

Al terminar aquella agotadora noche, Esperanza Scrooge se fijó  en algo raro que sobresalía de la túnica del Espíritu: “¿Es un pie, o una garra?”.

–¡Hombre! Mira aquí. ¡Mira, mira aquí abajo!

Eran un niño y una niña. Amarillos, exiguos, harapientos, lobunos, postrados en su humildad.

–¿Espíritu, son tuyos?

–Son tuyos, se agarran a mí suplicantes apelando contra tus privatizadoras maniobras. Este chico es la ignorancia. La chica es la necesidad. Sé consciente de los dos, pero sobre todo sé consciente de su condena.

Nada más llegar de nuevo a la habitación de Esperanza Scrooge, la campana dio las doce. Un espectro solemne, cubierto y encapuchado, envuelto en un negro profundo que le ocultaba la cara y la figura, salvo su mano extendida, sustituyó al anterior. Era alto y majestuoso y su misteriosa presencia le infundía pavor, sobre todo porque no hablaba. Esperanza Scrooge preguntó:

–¿Estoy en presencia del Espíritu de las Navidades venideras?

El espíritu no contestó, sino que hizo un gesto con la mano señalando hacia delante. Sus ojos fantasmales la miraban fijamente, pero Esperanza Scrooge se armó de valor para seguir su sombra. Llegaron a un montón de escombros, bajo cuyos restos un grupo abigarrado de mendigos trataba de calentarse en los rescoldos de una fogata pestilente. Oyó cómo comentaban un luctuoso suceso, aunque ninguno mostraba mucho pesar. “Lo malo es que ya sea demasiado tarde y esta escuela pública no vuelva jamás a levantarse, el daño ya está hecho”.

Pasaron a otro escenario, una  miserable tienda de empeños. Dos mujeres y un hombre le estaban vendiendo una serie de objetos que habían robado en casa de la recientemente fenecida. Los tres defendían su derecho a subsistir, lección que habían aprendido precisamente de ella. Esperanza Scrooge se preguntaba de quién estarían hablando y temblaba ante la falta de misericordia de la que hacían gala. Ninguno le perdonaba que hubiera destruido el futuro de sus hijos y sólo se hubiese preocupado de los pudientes.

Llegaron hasta el lecho de muerte. Un velo la cubría, no así las cortinas de la cama, que habían sido arrancadas. La soledad era tan acentuada que Esperanza Scrooge rogó al espíritu que le llevara a alguien en la ciudad que se sintiera conmovido por la muerte de esta mujer. “¡Muéstramelo, espíritu, te lo suplico!”. Sin embargo, se trasladaron a un lugar donde el único sentimiento que había era el de alivio. Reconoció la casa de aquel hombre y su hijito tullido, y se entristeció al oír que se había descarriado cuando los orientadores tuvieron que irse a sus casas y cuando las tutorías se suprimieron para dar matemáticas intensivas que el chico no entendía. Ahora estaba en la cárcel, enganchado a la heroína.

A continuación, visitaron el camposanto, una vez que Esperanza Scrooge comprobó con extrañeza que su oficina estaba ocupada por otras personas. Al leer su propio nombre en la lápida, “ESPERANZA SCROOGE”, se echó de rodillas y lloró: “¡Oh, no! ¡Espíritu, escúchame! Ya no soy la misma mujer que antes. No seré quien podría haber sido si no fuera por tu intervención. ¿Por qué me enseñas esto si ya no tengo ninguna esperanza? ¡Asegúrame que estoy a tiempo para cambiar estas sombras que me has enseñado si cambio mi vida! Honraré las Navidades con todo mi corazón e intentaré mantener el espíritu de la Pública todo el año. Los espíritus del pasado, presente y futuro lucharán dentro de mí y no rechazaré las lecciones que me enseñen”.

Sostuvo la mano del espectro, pero el espíritu lo rechazó. Cuando se quiso dar cuenta, vio que estaba agarrando un pilar de la cama. Esperanza Scrooge se regocijó y se propuso cambiar desde ese mismo momento. No podía dejar que la excelencia fuera un asunto que lastrara a tanta gente, ni podía dejar en la estacada a tantas familias humildes. Se esforzó tanto en que la Pública no desapareciera, que pronto las subvenciones a los centros privados y concertados se tornaron en las ayudas que le hacía falta a la Pública. Dejó de perseguir el color verde y lo llevó por fin en su corazón, como símbolo de su propio nombre. Acogió al chico de las muletas proporcionándole una atención individualizada y una PT que le atendiera y prácticamente se convirtió en una segunda madre para él y para todos los alumnos de la Pública. Y lo mejor de todo es que recibía a cambio una inmensa alegría, y no tanto déficit como al principio temía. La comunidad prosperó y se la recordó como una dirigente que supo variar su política de estrechas miras y entró a formar parte de los escogidos que siempre se veneran.

FIN.

¡Felices y Verdes Fiestas para todos!

domingo, diciembre 18, 2011

228. AFDI (¿Ayuda a la Función Docente?)

Desde ayer llevo intentando meter las notas de la primera evaluación en el AFDI, nuestra queridísima herramienta para introducir faltas y notas, esa cosa que ya denunciaron unos valientes profes del IES Matías Bravo ante Rocío Albert López-Ibor, Directora General de Mejora de la Calidad de la Enseñanza, y Francisco López Rupérez, Presidente del Consejo Escolar de la Comunidad. Sí, esa aplicación nefasta que te hace perder tiempo, que no te permite cerrar sesión y que lleva casi dos días... así:

AFDI: no sabe, no responde

A las evidencias me remito de la calidad de la Enseñanza Pública que padecemos...

viernes, diciembre 16, 2011

227. Y más razones para manifestarse...

Ya circula por ahí una magnífica relación de 100 razones por las que seguir manifestándonos y no conformándonos contra nuestro adverso destino (a pesar de que está bien negro: somos como los chistes de los colmos: el colmo de ser funcionarios y el colmo de ser profesores y eso no se perdona así como así), pero cada día que pasa vamos sumando más motivos. Eso sí, por más que se explique una y otra vez (y en esto se lleva la palma Fernando) que no nos quejamos por nuestra situación económica, sino que defendemos un sistema justo como el que proporciona la educación pública, no terminan de adherírsenos todos los estratos sociales como cabría suponer.

De todos modos, tengamos o no ese apoyo en la sociedad, al menos nosotros, los profesores, los que sufrimos los efectos y las consecuencias de las dos horas de más, deberíamos tener muy presentes esas razones y otras muchas más para echarnos mañana a la calle:
  • Nuestra enemiga público número 1, Esperanza Aguirre, defiende la calidad de las escuelas católicas. No hace falta que lo diga más alto o más claro, no cree en la enseñanza pública y querría que se impartieran valores cristianos. "Ha llegado la hora del cambio que España necesita en muchos aspectos y por supuesto en la Educación". Y dice que hay que acabar con las medidas pedagógicas equivocadas como aprobar con cuatro suspensos (otra mentira más en su debe). Se debe de pensar que catequizando se estudiará mejor. 
 Ah, hablando de mentiras de las que acostumbramos padecer, supongo que los que viven en Madrid y utilizan el metro habrán visto la nueva e injuriosa campaña del metro, Más por menos, reivindicando el precio del billete sencillo (que subieron hace nada 50 céntimos) y que ya ha recibido réplica en Twitter, titulándola Menos por todo.


  • Otra: Percival Manglano (nos abstendremos de rimas fáciles y de burlas hirientes con ese nombrecito, por no hablar de la fotito que acompaña a la noticia), Consejero de Economía de la Comunidad de Madrid, habla de privatizar la economía, miente diciendo que el número de alumnos de la escuela pública lleva bajando 12 años (al menos omite que si baja es debido al incremento de centros privados y concertados) y se aferra a la cantinela demagógica de la libertad de elección de centros. Añade que el número de funcionarios bajará en torno a 800 el año que viene. ¿Tenemos que tragar con todas estas medidas de recortes? 
    El nuevo logo del PP
  • Más madera (aunque para muchos de los que trabajan en los institutos les debe de parecer madera mojada): "Los institutos madrileños sufren un recorte de un millón para gastos". Es decir, se recorta el dinero que se emplea para luz, calefacción, agua o teléfono. Se estima que el recorte es de 2.700 y 3.500 euros por centro, pero en el nuestro se ha traducido en 4800 euros. 
  • Juan Rossell (presidente de la CEOE) se permite el lujo de decir que sobran empleados públicos, de sanidad, de educación y de servicios sociales. CCOO ha contestado remitiéndose al informe "Administración and the Civil Service in the EU Member Status", que reseña que nuestro porcentaje de población activa en el sector público es del 13%, uno de los más bajos de Europa (que ronda el 16%), cifras que sólo nos sitúan por encima de países como Irlanda, Portugal o Grecia (que nos suenan de algo). Pero interesa difundir esta sarta de mentiras para encubrir el pastel.
  • CECOMA (ni me molesto en identificar sus siglas, simplemente hay que decir que son empresarios) le entrega un premio a Lucía Figar, pero lo mejor es el motivo del galardón: por "conseguir una educación de excelente calidad para todos los madrileños". Sólo se entiende como un ejercicio de terrorífica ironía. Por la misma regla de tres, a Carlos Aragonés, marido de nuestra queridísima consejera, le entregarán el premio al más dedicado trabajador del año (de momento ha recibido el premio al "diputado ausente").
En fin, que por más que está estudiado que invertir en educación es la medida más inteligente para salir de la crisis y que la enseñanza pública es la mejor, se nos presenta el panorama opuesto al que cabría esperar y eso hay que exigirlo saliendo a la calle. Y de momento, toca consolarnos al menos con cartas de solidaridad con los profesores. Algo es algo. Aunque esperemos que mañana seamos más que algo. Al menos, algunos muchos.

martes, diciembre 06, 2011

226. I foro de debate "La escuela pública del siglo XXI"

Ayer lunes, el colectivo de enseñantes de Móstoles inauguró el primer foro de debate con el título "La escuela pública del siglo XXI". A las 18:00, en el salón de actos del edificio de la Casa de la Cultura de Móstoles, hubo una mesa redonda en torno a la situación de la enseñanza pública madrileña. Una iniciativa estupenda para poder reflexionar sobre la situación actual en la que nos mostraron las posturas de los diferentes sectores educativos (pese a que, particularmente, me esperaba un mayor componente teórico sobre la Educación Pública). Peor es que sólo acudiéramos a 85 personas, y que algunos motivos aducidos para no asistir sean el derrotismo, el no podemos hacer nada.

Introdujo brevemente el tema Rosa Cano, directora del IES Europa, que hizo referencia al 6 de diciembre del 78, cuando se aprobó en Referéndum la Constitución española, que resalta la Educación como uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Habló de las leyes educativas en este tiempo e hizo una defensa de la LOGSE, puesto que consagra la edad mínima a los 16 años en la enseñanza obligatoria y porque fue una apuesta por la escuela inclusiva, en oposición a esta búsqueda de la excelencia, una excusa para la segregación. En esta escuela, todos los estudiantes pueden recibir ayuda, independientemente de cualquier otro factor, pero este modelo está en peligro actualmente. Bajo la excusa de la crisis económica, se está desmantelando el Estado de Bienestar. Por último, hizo referencia a la Marea Verde, un movimiento en el que por primera vez se ha dicho ya está bien.

A continuación, tomó el turno de palabra Michi, de la junta de portavoces de la Escuela Infantil, que nos habló de la situación de la educación que va desde los 0 a los 6 años: en los últimos dos años, el decreto de mínimos recorta las posibilidades de atender a los niños sobre todo porque las ratios son desbordantes e impiden la atención individualizada, tan necesaria en esta etapa. Nos contó que las empresas de servicios se están encargando de la gestión de las escuelas y por tanto sólo se valora el Proyecto económico.

Le sucedió una compañera de Primaria, donde el principal problema de los recortes se centra en la eliminación de figuras tan importantes como la PT y la AL. Las ratios han subido y apenas se puede dedicar tiempo a los niños con otros idiomas porque las profes de compensatoria también están desapareciendo.

Rafael, del IES Santiago Rusiñol, excediéndose en el tiempo de palabra, habló de la masificación de los centros, de la pérdida de profesores (2500 el año pasado, 3200 este curso), de la supresión de desdobles, del cada vez menor número de profesores de compensatoria... Quiso reseñar que esta situación sólo está afectando a la Educación Pública, no a la Concertada y a la Privada, a quienes los recursos les siguen llegando.

Eva, como representante de Formación Profesional, habló de la implantación de la FP dual (modelo ligado al entorno productivo, a las empresas), aparte de los recortes que llevan muchos años y que afectan a la falta de desdobles, de dotación, de formación del profesorado, pero sobre todo del recorte de plazas: miles de alumnos no han encontrado plaza y están en lista de espera, pese a lo cual no se abren ciclos nuevos (entre otras cosas, porque las universidades privadas imparten el ciclo cobrando entre 700 y 1500€ al mes).

Susana, de la Universidad Complutense, nos contó los problemas de financiación que vienen sufriendo desde 2010. A pesar de la implantación del plan Bolonia, el nuevo sistema educativo no ha visto apenas financiación. Por culpa de esto, están estrangulando a las seis universidades públicas madrileñas.

Tomaron el turno dos alumnos universitarios. El primero retomó el plan Bolonia, con el que las asignaturas pasan a ser cuatrimestrales y la parte teórica se ve mermada, por no hablar de la clara orientación al mundo empresarial. Nos alertaron de la Estrategia universidad 2015 (aterrador el enlace, pero imprescindible para conocer este plan en profundidad), en la que las subvenciones públicas decrecen y aumentan el precio de las matrículas (un 50% la segunda matriculación y hasta en un 100% la tercera), por no hablar de la progresiva intrusión de las empresas. Se priman criterios económicos y carreras como Derecho o Historia quedan relegadas. 

Lo más grave es cómo los rectores pasan a ser elegidos a dedo por la Junta universitaria, que está compuesta por miembros externos al mundo universitario (Patricia Botín, Carlos Mayor Oreja). El profesor funcionario tiende a desaparecer, entre otras cosas porque el decano tiene libertad de contratación. Ángel Gabilondo (porque no todo es culpa del PP) ha "conseguido" que sea un Consejo social (ver enlace para conocer mejor su papel; el actual Consejo social de la Complutense está formado, agárrense, por dos patronos de la Fundación Caja Madrid, un directivo de una farmacéutica, el Consejero Director General de El Corte Inglés y un Consejero Delegado de Telefónica), quienes eligen la Junta de Gobierno que a su vez elige al Rector (que contratará al decano, y este al profesorado). Es decir, que ahora se parte de los empresarios en un sistema feudal inaudito.

Nos refirieron los dos nuevos sistemas de becas: las becas-préstamo, que más bien es una hipoteca porque la tienes que devolver nada más acabar el grado (entre 14.400 y 34.800€ de deuda). Por eso no es de extrañar que Lucía Figar declare que han subido las becas. Porque se tienen que devolver y con intereses. El otro tipo de becas son las beca-salario (el alumno, brillante en sus alocuciones y vehemente en sus valoraciones, las llamó beca-limosna), donde la mayor es de 6250€ al año (no llega ni a 500 € al mes) y sólo pueden optar a ella si el alumno pertenece a familias de al menos cuatro miembros que no ingresen al mes más de 1130€.

El alumno de la Complutense (chicarrón del norte) se pasma de que no haya una mayor movilización entre el alumnado, cuando deberían intensificar en los encierros y en las barricadas. Por dar cera, dio hasta los del 15M, encantados de haberse conocido y reunido, pero que no van más allá en sus propuestas y creen que el buen rollo va a provocar algún cambio. También los padres se lamentaron de que todavía haya muchos que no conozcan lo que está pasando, bien por indolencia, bien porque no hemos hecho llegar la información desde los centros de forma conveniente.

Al acabar dichos turnos, se hicieron varias reflexiones como reivindicar lo público frente a lo privado, que hay que dar mucha guerra, que se está abriendo una brecha social de 1ª magnitud, que no podemos consentir esta progresiva degradación de los servicios públicos, que tenemos unos políticos mediocres e incompetentes (al servicio de unos pocos) que han de encontrar alguna respuesta en la ciudadanía y que es necesaria una revolución para que no nos dejemos engañar por mercados y cuestiones económicas que disfrazan que se está procurando un sistema educativo que persista este sistema injusto de desigualdades sociales, un sistema educativo ligado a la producción mercantil en donde los privilegiados podrán recibir los conocimientos, mientras que la mayoría apenas tendrá derecho a seguir siendo una manada de borregos y mano barata de obra. Se prevé una lucha larga y ardua, pero actos como estos son la primera piedra para levantar un muro contra estos ataques a lo público.

sábado, diciembre 03, 2011

225. A lo mejor tampoco son recortes

Paso primero:


La número 2 del PP ha hecho públicos sus planes o sus recetas para salir de la crisis. ¿Y quién tiene que sacarnos de la crisis? Estaba cantado: nosotros, los pobres parias funcionarios. Ah, pero eso sí, si tú me estás leyendo y no lo eres, no cantes victoria tan temprano, que las medidas de ajuste (que no recortes, por favor, esta palabra está prohibida, y si no, al tiempo, que estará tan perseguida como nuestra peligrosa y subversiva camiseta verde) también te van a afectar a ti: 

El copago (o, mejor dicho, repago, que para algo están los impuestos) en Sanidad lo vas a sufrir también tú; si tanto nos envidias y quieres formar parte de esa casta privilegiada no podrás porque se han eliminado las convocatorias de empleo público para 2012; dile adiós a la gratuidad de los libros (pero si estás en un cole privado o concertado y tienes uniforme, tranquilo, que te desgravará); dile también adiós a la posibilidad de una vivienda protegida; los servicios sociales (que a lo mejor no sabes qué significa, pero mucha gente que no tiene nada depende de ella) se los pulen; e incluso las subvenciones para el sector agrícola se quitan.

Sí, los coches de alta gama fuera (ya era hora, ¿no?, ¿o quieren que encima les aplaudamos?) y se reducen los altos cargos en un 60% (y todavía sobrará un 40%). En este austero plan de reajustes (que no recortes, insisto), no he leído nada de bajarse el sueldo a ellos mismos. Eso por no ser funcionarios los políticos, claro, porque somos los únicos privilegiados (no encuentro el enlace de ayer por la tarde, pero la Cospe ha vuelto a repetirlo y ya me toca los huevos) en este país. A lo mejor por llevar a cabo estas medidas tan estresantes se tienen que subir el sueldo, como los de CIU en Cataluña. Sus indecentes privilegios no serán recortados (digo, reajustados), ni tampoco verán la cárcel a pesar de años y años de corrupción (tema tabú en las elecciones a pesar de la que está cayendo con Urdangarín, donde debe de estar pringado hasta el apuntador, y, vaya por Dios, el apuntador de nuevo se relaciona con Camps).

Todo se privatiza, sanidad y educación para quien pueda permitírselo y con eso básicamente saldremos de la crisis. Es lógico: el funcionario es la rémora de España y ya que es un ser tan privilegiado, que trabaje más y que cobre menos y si eres interino qué es eso de los dos meses de vacaciones, sólo cobras según la proporción de días trabajados, que por algo no te has sacado las oposiciones, inútil. Y que no se queje ni proteste nadie, que la situación está muy malita y los 5 millones de parados (que nuestros políticos nos han endilgado) no entenderían que lo hiciéramos (con el añadido de que si no se efectuasen estos tijeretazos, los partidos políticos no podrían repartirse 2.200.000€ en subvenciones para fundaciones y asociaciones dependientes de partidos políticos (ver BOE)).

Pero si yo sigo viendo cómo la red de centros concertados se sigue fortaleciendo e incluso una propuesta es que "se compatibilizará la educación pública con la privada y concertada" (¿?, yo por si acaso me pondré a repasar el Padre Nuestro); si mi formación profesional se ve perjudicada (los 33 centros de profesores y recursos que existen actualmente se verán reducidos a un solo centro); si me suben las horas de trabajo y encima me vuelven a bajar el sueldo; si para más inri se atreve a seguir hablando de la incongruente ley de la autoridad del docente como si nos hicieran algún favor o como si eso fuera el maná de las mejoras educativas, como para ellos el programa de bilingüismo (que en la práctica supone que nuestros alumnos no sabrán hablar ni inglés ni castellano) lo es para preconizar una calidad de la enseñanza; si veo cómo un país desarrollado como en teoría es el nuestro se puede permitir el lujo de recortar 834 millones en sanidad y 460 millones en Educación pública, si yo veo todos esos reajustes (qué coño, si esto no son recortes, también yo me he vuelto gilipollas), tengo no sólo el derecho, sino la obligación a quejarme, protestar y movilizarme, y es algo que debería hacer la mayoría de la sociedad. 

Porque lo que Cospedal propone es lo que Esperanza Aguirre ha establecido (como dice el impresentable ese del Arturo Fernández: "Rajoy hará un gobierno donde el espejo será Esperanza Aguirre”) y será la línea a seguir por Rajoy después. Dice ella que "el sudor de hoy aleje las lágrimas de mañana”, pero nada dice de su incompetencia para elaborar un discurso que incluya una subordinada en esa oratoria disfuncional suya. Es como pasa con la bajada de sueldo a funcionarios y las subidas suyas, como pasa con los recortes en el estado de bienestar común y los privilegios en dietas, iphones, planes de jubilación, etc. suyos. Si esto no es injusticia, se le parece mucho.