La número 2 del PP ha hecho públicos sus planes o sus recetas para salir de la crisis. ¿Y quién tiene que sacarnos de la crisis? Estaba cantado: nosotros, los pobres parias funcionarios. Ah, pero eso sí, si tú me estás leyendo y no lo eres, no cantes victoria tan temprano, que las medidas de ajuste (que no recortes, por favor, esta palabra está prohibida, y si no, al tiempo, que estará tan perseguida como nuestra peligrosa y subversiva camiseta verde) también te van a afectar a ti:
El copago (o, mejor dicho, repago, que para algo están los impuestos) en Sanidad lo vas a sufrir también tú; si tanto nos envidias y quieres formar parte de esa casta privilegiada no podrás porque se han eliminado las convocatorias de empleo público para 2012; dile adiós a la gratuidad de los libros (pero si estás en un cole privado o concertado y tienes uniforme, tranquilo, que te desgravará); dile también adiós a la posibilidad de una vivienda protegida; los servicios sociales (que a lo mejor no sabes qué significa, pero mucha gente que no tiene nada depende de ella) se los pulen; e incluso las subvenciones para el sector agrícola se quitan.
Sí, los coches de alta gama fuera (ya era hora, ¿no?, ¿o quieren que encima les aplaudamos?) y se reducen los altos cargos en un 60% (y todavía sobrará un 40%). En este austero plan de reajustes (que no recortes, insisto), no he leído nada de bajarse el sueldo a ellos mismos. Eso por no ser funcionarios los políticos, claro, porque somos los únicos privilegiados (no encuentro el enlace de ayer por la tarde, pero la Cospe ha vuelto a repetirlo y ya me toca los huevos) en este país. A lo mejor por llevar a cabo estas medidas tan estresantes se tienen que subir el sueldo, como los de CIU en Cataluña. Sus indecentes privilegios no serán recortados (digo, reajustados), ni tampoco verán la cárcel a pesar de años y años de corrupción (tema tabú en las elecciones a pesar de la que está cayendo con Urdangarín, donde debe de estar pringado hasta el apuntador, y, vaya por Dios, el apuntador de nuevo se relaciona con Camps).
Todo se privatiza, sanidad y educación para quien pueda permitírselo y con eso básicamente saldremos de la crisis. Es lógico: el funcionario es la rémora de España y ya que es un ser tan privilegiado, que trabaje más y que cobre menos y si eres interino qué es eso de los dos meses de vacaciones, sólo cobras según la proporción de días trabajados, que por algo no te has sacado las oposiciones, inútil. Y que no se queje ni proteste nadie, que la situación está muy malita y los 5 millones de parados (que nuestros políticos nos han endilgado) no entenderían que lo hiciéramos (con el añadido de que si no se efectuasen estos tijeretazos, los partidos políticos no podrían repartirse 2.200.000€ en subvenciones para fundaciones y asociaciones dependientes de partidos políticos (ver BOE)).
Pero si yo sigo viendo cómo la red de centros concertados se sigue fortaleciendo e incluso una propuesta es que "se compatibilizará la educación pública con la privada y concertada" (¿?, yo por si acaso me pondré a repasar el Padre Nuestro); si mi formación profesional se ve perjudicada (los 33 centros de profesores y recursos que existen actualmente se verán reducidos a un solo centro); si me suben las horas de trabajo y encima me vuelven a bajar el sueldo; si para más inri se atreve a seguir hablando de la incongruente ley de la autoridad del docente
como si nos hicieran algún favor o como si eso fuera el maná de las mejoras educativas, como para ellos el
programa de bilingüismo (que en la práctica supone que nuestros alumnos no sabrán hablar
ni inglés ni castellano) lo es para preconizar una calidad de la
enseñanza; si veo cómo un país desarrollado como en teoría es el nuestro se puede permitir el lujo de recortar 834 millones en sanidad y 460 millones en Educación pública, si yo veo todos esos reajustes (qué coño, si esto no son recortes, también yo me he vuelto gilipollas), tengo no sólo el derecho, sino la obligación a quejarme, protestar y movilizarme, y es algo que debería hacer la mayoría de la sociedad.
Porque lo que Cospedal propone es lo que Esperanza Aguirre ha establecido (como dice el impresentable ese del Arturo Fernández: "Rajoy hará un gobierno donde el espejo será Esperanza Aguirre”) y será la línea a seguir por Rajoy después. Dice ella que "el sudor de hoy aleje las lágrimas de mañana”, pero nada dice de su incompetencia para elaborar un discurso que incluya una subordinada en esa oratoria disfuncional suya. Es como pasa con la bajada de sueldo a funcionarios y las subidas suyas, como pasa con los recortes en el estado de bienestar común y los privilegios en dietas, iphones, planes de jubilación, etc. suyos. Si esto no es injusticia, se le parece mucho.
1 comentario:
Vergonzoso todo. Lo que más, que ellos se sigan subiendo el sueldo con todo el morro.
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