Me gustaría conocer vuestra opinión sobre un tema de "incandescente" actualidad en nuestro centro por culpa de la religión (o de la secta o el fanatismo o la intransigencia fundamentalista, y siento ser tan poco parcial con el planteamiento de la situación):
A raíz de la lectura en 2º de la ESO, un grupo de alumnos, testigos de Jehová, han comunicado a sus profesores que no pueden leer El príncipe de la niebla porque sale el diablo y eso se ve que va contra su religión. Aunque mis compañeras trataron de capear la queja, alegando que no se trataba del diablo ni del demonio, sino de un personaje que encarnaba el mal, la presión de los padres ha llegado hasta el punto de que han escrito una nota para que le cambien la lectura a su hijo porque en la Biblia se alerta de los peligros del diablo.

A mí me quema la sangre, la verdad, y más cuando estamos en un sistema público y laico. Si por mí fuera -aunque habría que verme en la situación, claro, que lo último que quieres es buscarte problemas-, no transigiría y suspendería al alumno dicha lectura, nada de buscarle alternativas. Aquí no se trata de objetar, sino de cumplir con los requerimientos para aprobar la asignatura. La ley por lo visto ampara a estos alumnos, pero estamos llegando a un punto en el que vamos a poner en tela de juicio cualquier lectura si esta afecta mi percepción de lo que está bien y lo que está mal.
A raíz de la lectura en 2º de la ESO, un grupo de alumnos, testigos de Jehová, han comunicado a sus profesores que no pueden leer El príncipe de la niebla porque sale el diablo y eso se ve que va contra su religión. Aunque mis compañeras trataron de capear la queja, alegando que no se trataba del diablo ni del demonio, sino de un personaje que encarnaba el mal, la presión de los padres ha llegado hasta el punto de que han escrito una nota para que le cambien la lectura a su hijo porque en la Biblia se alerta de los peligros del diablo.

A mí me quema la sangre, la verdad, y más cuando estamos en un sistema público y laico. Si por mí fuera -aunque habría que verme en la situación, claro, que lo último que quieres es buscarte problemas-, no transigiría y suspendería al alumno dicha lectura, nada de buscarle alternativas. Aquí no se trata de objetar, sino de cumplir con los requerimientos para aprobar la asignatura. La ley por lo visto ampara a estos alumnos, pero estamos llegando a un punto en el que vamos a poner en tela de juicio cualquier lectura si esta afecta mi percepción de lo que está bien y lo que está mal.